Nubes de celulosa, tempestades que parece realizado con comulos de petróleo estratificado, paisajes helados hecho con botones que podrian ser reproducciones fieles de casquetes polares.
Materiales en principio que nadie asociaría a un proceso creativo artístico, pero que la artista Tara Donovan consigue integrarlos con naturalidad en un discurso donde el pulso narrativo de lo improbable subraya aquellos elementos esteticos con los que su autora ha creado una identidad creativa.
Y que conceptualmente obedecen y se inspiran en la naturales, la cual no solamente le sirve como relato y el caldo del cultivo, del que extrae sus ideas para llevar a cabo sus delicadas y etéreas obras. Sino que le sirven para adoptar una actitud comprometida con el medio-ambiente.
Una inquietud que traslada al publico a traves de propuestas que ocupan el espacio de forma sutil a la vez que lúdica, invitando al espectador adentrarse sino perderse entre sus cumulos de volúmenes gaseosos. Los cuales transmiten la sensacion de que en cualquier momento se van a disolver a nuestro alrededor.
Revalandonos si acaso que todo aquella magia producto de altas dosis de imaginacion y de volumenes de celulosa moldeados a criterio de su autora. No son mas que el deseo de nuestra mente de crear mundos cuyas caracteristicas satisfagan nuestros deseos de que nadie cambie, de que todo permanezca igual.
De unas piezas que conforman una obra donde destacan la voluptuosidad de las formas la maneja delimitando con precisión primero la situación y segundo la visión que espectador va a tener de la misma. La fragilidad aparente de sus propuestas contrastan con los elementos que la componen un mensaje contundente que esta implícito en su obra.