The free spirit tree spheres, las esferas de espíritu libre construidas en los árboles


The free spirit tree spheres (Las esferas de espíritu libre de árboles) podrían ser descritas como grandes bolas o las vainas suspendidas de los árboles, fabricadas de forma artesanal en su construcción se emplearonn maderas naturales procedentes de los frondosos bosques que las rodean.

Este singular resort se encuentra ubicado Qualicum Beach, en la Isla de Vancouver, Columbia Británica, Canadá. Se trata de un lugar privilegiado donde se puede sentir el espíritu de la naturaleza en todo su esplendo.


El hombre de mente inquieta detrás de este proyecto es el escritor. técnico, ingeniero constructor de barcos, que responde al nombre de Tom Chudleigh. Él y su pareja Rosey Cowan tras una enfermedad grave hace unos años.

Pasaron un tiempo considerable por lo que decidieron cambiar de estilo de vida, mudándose del mundanal ruido de la ciudad a la placidez y la tranquilidad. Que les ofrecian los majestuosos paisajes de los bosques canadienses.

 

De las dos esferas, Eva es el nombre que recibe la de menor volumen. A pesar del reducido espacio de su interior, cabe una cama que tiene el tamaño aproximado 90cm, ideal para dos personas. También hay una mesa con sus correspondientes banquetas, y espacio en el mostrador donde se puede hacer el café o preparar algunas comidas caseras.

Un aspecto a resaltar The Free Spirit Tree Spheres, es que pese a su aspecto rustico, cuenta con todos los adelantos tecnologicos que se pueda precisar, como un sistema domotica por el que se puede regular aspectos energéticos o bio-climaticos. Además de un fantástico sistema de sonido envolvente en la que sólo tiene que conectar su iPod u otro reproductor de MP3 y disfrutar de una gran acústica que son verdaderamente única para estar dentro de una esfera.


La impresión general del interior es la de estar en un entorno acogedor. Eryn la esfera de mayor tamaño tiene similitudes con la nave Nautirus que se describe en la célebre novela de aventuras titulada 20.000 leguas de viaje submarino que escribiera Julio Verne. La sensación de estar viviendo una experiencia que se parece más a una aventura donde la sensación de ingravidez corporal que te transmite el estar colgado de los árboles en la noche es única.