Nomada Q

Candem, Trafalgar Square, Nothing Hill, Covent Garden o Chelsea (entre otros) son por citar algunos de los barrios mas representativos de lo que se conoce como el gran Londres, zonas emblemáticas que han desarrollado una identidad lo suficientemente atractiva.

Como para que por si solas se hayan convertido en un destino turístico especifico, atrayendo a cientos de miles de personas que se acercan cada año a sus calles. Para hacerse una foto en alguna librería emblemática en términos cinematográficos como en Nothing Hill o para adquirir algún souvenir en algunos de sus muchos y variados mercados a pie de calle como el más alternativo de Candem.

En el caso del barrio de Shoreditch perteneciente al distrito de Hackney al Norte del rió Tamesis presenta una variedad de alicientes para aquel viajero, que gusta de experimentar contrastes paseando por algunas de las zonas mas antiguas de la ciudad, a la vez que es testigo de como las nuevas practicas urbanas.

UNA GALERIA DE ARTE URBANO CON MAS DE MIL MURALES

Han convertido muchas de sus calles en auténticos museos al aire libre donde los amantes del arte urbano, pueden contemplar algunas de las ultimas tendencias que tienen como epicentro la estación de tren y su entorno mas próximo.

Espacio que comparte con zonas dedicadas al ocio y a la restauración donde multitud de tabernas, clubs y restaurantes ofrecen una amplia gama de cartas gastronómicas, actividades de ocio y todo tipo de productos.

Que han aflorado a la sombra de obras de artistas por todos conocidos como Banksy cuya única obra se puede visitar en el patio del Club Cargo. y que supone solo un aperitivo de lo que en Brick Lane, Ravenscroft Street o Whitby Street via dedicada integramente a Jimmy C. Heroe local conocido por sus habilidades para realizar grandes retratos con los que homenajea algunas de las personalidades mas relevantes del Siglo XX.

ARTE URBANO PARA MEJORAR LA ECONOMÍA DE UN BARRIO

Y cuyos nombres por su trayectoria artística en el ámbito publico se suman a otros no menos reconocidos entre los que destacan Ronzo, Stik, Roa, Cityzen Kane, Space Invader, Blek Le Rat, Cept, Robbo, Inkfetish, Aiko, The Burning Candy o Crew.

A los que hay que añadir centenares de intervenciones realizadas por gente anónima y que según los responsables de Shoreditch Streetart Tours suman mas de mil obras.

Suponiendo la mayor muestra por metro cuadrado de arte callejero del mundo, lo que ha provocado un incremento considerable de visitas. Afluencia de publico por la que desde la agencia ofrecen diferentes paquetes que incluyen visitas organizadas, folletos explicativos e incluso la posibilidad de adquirir reproducciones.

Ademas de poder ir de tapas por uno de los barrios mas añejos y con mas actividad alternativa de la ciudad, una combinación de tradición y modernidad a través de la que se puede degustar lo que era el antiguo Londres y su origen y su versión mas contemporánea y creativa.

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El barrio de Shoreditch en Londres ha pasado de ser practicamente desconocido a convertirse en un destino predilecto para muchos viajeros, que se acercan recorriendo sus calles repletas de obras y murales como si fueran las salas de una gran galería.

Hubo una época que cuatro grandes ciudades como Berlin y Hamburgo en Alemania y sobre todo esta ultima con París y Amsterdan estaban comunicadas por rutas fluviales a través de las que transportaban todo tipo de enseres y mercancías.

Rutas comerciales que utilizaban los cauces de los ríos Elba y el Sena que unidos por el Canal de la Mancha y el rió Amstel al que accede por su desembocadura en el Mar del Norte, haciendo de vasos comunicantes tanto en términos económicos como diplomaticos.

Y que en la actualidad ya no se utilizan practicamente, pero cuya legado histórico ha llegado hasta nuestros días sirviendo de argumento para que dos amantes de la fotografía que responden a los nombres de Claudius Schulze, que espero en su barcaza de madera a que llegara Maciej Markowicz desde Berlin en su barco estudio convertido en una cámara oscura.

LA INSTANTANEA DE UNA TRAVESÍA DE IDA Y VUELTA

Para partir juntos a comienzos de 2017 hacia la ciudad de París donde tenían una cita con la edición de ese año de la ParisPhoto, cita que se repetiría en las ferias dedicadas al mundo de la fotografía que se celebraron ese mismo año tanto en Amsterdan como en Hamburgo completandose un ciclo.

Donde utilizando como hilo conductor su pasión por la fotografía han realizado un pormenorizado análisis documental del estado medio-ambiental, que presentan los diferentes ecosistemas que forman los paisajes por los que surcaban.

UN VIAJE CON CONCIENCIA ECOLÓGICA

Realizando miles de instantáneas cuyo destino sera la plataforma Übermut Project, que se dedica a patrocinar iniciativas de carácter social y cultural a nivel global trabajando en diferentes ámbitos, que van desde fomentar la conciencia ecológica hasta financiar proyectos creativos relacionados con la cooperación y el desarrollo.

Y que para esta ocasión se plantearon un desafió nuevo pues 2BOATS al contrario que los proyectos realizados hasta ahora, era un proyecto nómada cuyos candidatos tenían que reunir dos requisitos el primero ser fotógrafo y el segundo mas complicado poseer los conocimientos minimos de navegación.

Cualidades que reunían tanto Claudius Schulze fotografo especializado en realizar reportajes relacionados con la naturaleza y viajes, contando con una extensa carrera a sus espaldas. Como Maciej Markowicz, fotógrafo polaco con sede en New York que es conocido por haber actualizado la técnica de la cámara oscura, adaptando una furgoneta con la que registra imagenes mientras recorre los principales distritos de la ciudad.

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2BOATS es un proyecto fotográfico nómada que ha recorrido por cerca de un año algunos de los afluentes mas importantes del Norte de Europa, uniendo en su trazado las ciudades de Berlin, Hamburgo, París y Amsterdan.

No es ni mucho menos el pico mas alto del país cuyo honor recae en el conocido como Galdhopiggen cuya cima alcanza los 2469 metros de altura. Altitud que si tenemos en cuenta lo montañoso de la orografia Noruega, un relieve compuesto por sucesivas cordilleras de las que emergen otros tantos fiordos.

Al viajero se le puede antojar pequeño, pero sin embargo pese a no destacar por su altura se esta convirtiendo en un destino ineludible, para todos aquellos aventureros que desean añadir al placer de una buena caminata un poco de dificultad en su ascensión.

Y es que la subida de La Gran Via Ferrata de Loen con sus 950 metros de altitud, aparte de ofrecer unas vistas extraordinarias de lago que hay entre las localidades de Oled y Stryn, dos pedanias que en conjunto suman apenas 1500 habitantes.

Permite divisar en los días claros el avance casi perpetuo del glaciar Briksdal una inmensa lengua de hielo cuyo mayor desafió es tratar de no menguar hasta desaparecer debido a los rigores del cambio climático.

UN RECORRIDO EXIGENTE PERO CON UNA VISTAS UNICAS

Pero antes de llegar a divisar el constante flujo de hielo y la caida vertiginosa del fiordo Innvikfjorden el viajero tendra que completar una serie de etapas cuyo grado de dificultad oscila entre un nivel k2 de sus primeros tramos mas suaves, que se inician en lo que conoce como la plataforma de madera alcanzando el k4 en sus tramos mas duros. Plataforma a la que se accede tras recorrer el camino de 200 metros al que se llega desde la carretera entre que va de Oled a Stryn, suponiendo el inicio oficial de la ascensión.

Aunque no esta todo lo bien señalizado que deberia sobre todo en su recorrido de retorno si ofrece los anclajes y medidas de seguridad necesarios, para que un escalador que presente un estado físico correcto y una experiencia media tenga garantizado el poder completarlo con éxito.

La Gran Via Ferrata de Loen es una ascensión que al contrario de otras muchas excursiones que en Noruega tienen como aliciente sus increíbles paisajes y su rico patrimonio natural no presentan a día de hoy todavia una excesiva afluencia de excursionistas.

Pero antes tendrá que alcanzar la primera fase del puente, una pasarela que colgada a 900 metros de altura que ofrece una panorámica del espectacular barranco, y que tras dejarlo atras y acometer la subida de un segundo repecho alcanzar el segundo puente (esta vez de cables). El cual desemboca en una breve ascensión y finalmente en la estación donde se encuentra la recepción de viajeros.

RECOMENDABLE MADRUGAR Y LLEVAR UN TENTEMPIÉ LIGERO

Desde la que se cuenta con dos opciones para descender, una con destino a Loen (que se realiza en telecabina) y otra mas larga que finaliza en el pueblo de Oppheim. En total se invierte en su recorrido un promedio de cuatro horas, dependiendo de las condiciones que presente el camino y el estado del tiempo.

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Aunque el acceso a la via ferrata es gratuito existen agencias que ofrecen servicios que por el módico precio de 90 euros, te incluyen un guia además de todo el equipo necesario con el que completar su escalada.