El caballo quizás sea el animal que mas veces ha servido de modelo para multitud de manifestaciones artisticas. Desde que su esbelta figura fuera reproducida en las pinturas rupestres, realizada por nuestros antepsasados prehistóricos.
Empleando rudimentarios tintes elaborados con las esencias extraídas de las raíces y plantas, plasmaban sobre las superficies del interior de las cavernas. Donde se han hayado hasta el momento decenas de ejemplos donde están representados este noble animal.
La estampa de estos equinos debido a su gran plasticidad se ha convertido en musa inspiración de cientos de artistas. La escultora paisajística y artista de Land Art Heather Jansch, recoge esas mismas raíces de nuestros antepasados para utilizando la forma adquirida en su maduración, tejer esculturas de principalmente caballos adultos.
Realizadas a escala real, Heather emplea raíces procedentes de los bosques de los alrededores de la localidad de Westcountry en UK. Una región donde abundan los bosques y las estepas, reuniéndose las características idóneas para que desde que llegaron las primeras poblaciones de equinos hace miles de años, se hayan utilizado para multitud de tareas.
En el caso de los ejemplares que ejercen de modelo para Heather, se trata de una selección de la cuadra de caballos de su propiedad. Caballos de los que la artista es una apasionada desde su infancia, en la que también adquirió el gusto por el arte, gracias en gran medida a su otra gran pasión.
Que no es ni más ni menos que Leonardo Da Vinci, no solamente uno de los representantes más importante de su época, El Renacimiento. Sino que además de su faceta artistica, fue prolijo en otros como la alquimia, además de contribuir con su inventiva gracias a la que patentó numerosas fórmulas y prototipos.
Cuyos bocetos represento una gran influencia, en su método de trabajo. Inspiración que a poco que prestes un poco de atención, entre otras cosas en la noción del movimiento y volumen que aplica Heather en todos y cada de los proyectos que acomete.
De formación practicamente autodidacta, Heather abandono la academia de arte aconsejada por su tutor. Trasladandose a un entorno rural donde se reencontro consigo misma a través del arte, aplicando los escasos conocimientos que poseía sobre arte.
En la elaboración de la serie Driftwood horses, de la que podéis ampliar documentación en su libro titulado Heather Jansch's Diary. Donde además de un cuantioso material gráfico, la autora te los acompaña de reseñas y semblante de todas y cada una de las esculturas recogidas en sus más cien paginas.
Sus figuras ecuestres que han sido objeto de numerosas exposiciones, se exponen predominantemente en entornos naturales, estando muy cotizadas no solamente por los coleccionistas de arte ecuestre. Sino por una diversidad de coleccionistas tanto privados como publicos.