El siempre controvertido artista urbano Jon Burgerman, utiliza los soportes publicitarios que forman parte del mobiliario urbano como medio de expresión colectiva.
Si en el proyecto Korean Subway, el objeto empleado eran los cientos de miles de usuarios del metro de Seul. Que seleccionados al azar, se convertían en modelos parciales de unas peculiares caricaturas, las cuales se incorporaron en clave de ficción a las vallas publicitarias distribuidas a lo largo de la red del suburbano.
Realizadas con una técnica mixta las fotografías comparten el marco expresivo con la incorporación de dibujos cuyos motivos utiliza, para realizar una crítica narrativamente activista de una sociedad cada vez más deshumanizada y narcotizada por los patrones basados en la ficcion. Algo que nos abstrae de la realidad.
Planteamiento que se observa en la serie titulada Head Shots, en la que Jon roba el protagonismo de las estrellas de cine que anuncian los últimos estrenos cinematográficos. Las película escogidas pertenecientes al genero de la acción se combinan con las fotografías donde su autor se convierte en parte del argumento.
Este proyecto rápidamente se ha hecho viralhaciendose eco numerosas publicaciones tanto impresos como los de ámbito digital, debido a lo descarnado de la violencia gratuita que transmiten todas y cada una de las imagenes.
El efecto que consigue con cada instantánea es dramático e impactante a primera vista. Intervenciones de corte Pulp que golpean directamente sobre los sentidos del espectador de forma contundente y explicita, modificando su percepción sobre la ficción a la que de forma constante esta expuesto.