Venecia es famosa por sus canales, góndolas, y su festival de cine glamuroso. No es tan conocida por sus iniciativas ecológicas. Sin embargo, el trabajo de un equipo de científicos energéticos que estudian las posibilidades de las micro-algas, como materia productora de energía podrías cambiar esta percepción. En la vecina isla de
Pellestrina los investigadores están trabajando en esta pequeña franja delgada de tierra, aprovechando el potencial bio-energético de las algas.
Centrados en identificar cuáles de las especies nativas de la laguna de micro-algas unicelulares pueden ser criadas en biorreactores nuevos para proporcionar biomasa para la producción de electricidad y combustible.
Las instalaciones que ya están fase de prueba, los responsables del proyecto estiman que podría estar operativa a finales de este año, los tanques experimentales generan 500kW de electricidad producido a partir des aceite derivado de la pulpa de algas.
El proceso consiste en seleccionar a nivel local las mejores variedades, colocándolas en biorreactores, que son una especie de grandes cilindros verticales y transparentes como los invernaderos convencionales, donde se han recreado las condiciones de la cría de estas algas, que tienen una particularidad: se pueden producir en un espacio. muy pequeño, su biomasa se recupera y utiliza con equipos compuestos por plantas de regasificación para extraer la energía.
Si tiene éxito, el proyecto puede ampliarse rápidamente a 50 MW. La totalidad del puerto en la actualidad consume 7 MW. El de Venecia es uno de un creciente número de proyectos en toda Europa en el que se están estudiando las posibilidades energéticas de la extracción de biocombustibles de las algas. Estos organismos simples ofrecen una serie de ventajas. Que se puede cosechar hasta una vez cada tres días, tienen un mayor contenido de aceite en comparación con otras fuentes biológicas, y que pueden cosecharse en tanques, que reducen el riesgo de daños a los ecosistemas del entorno y no suponen por lo tanto un impacto para las tierras de cultivo, por otra parte cada vez más escasas, al contrario de otros cultivos destinados para biomasa.
Hasta el momento no existe un ciclo de vida completo, por el que se haya realizado una evaluación de la energía cuya extracción de las algas sea inocuo para el medio ambiente. Sin embargo, el argumento, de que las algas pueden absorber el dióxido de carbono, convierte el proceso en probablemente sostenible. El proyecto es fruto de la colaboración de la iniciativa privada, en este caso representada por la compañía Enave gestionada por la autoridad portuaria de la ciudad, y la coparticipación de La Unión Europea, que financia parte del proyecto.
Para lograr el crecimiento abundante de algas es necesario, una cantidad considerable de agua, dióxido de carbono y los fertilizantes necesarios. El costo de estos, en combinación con la energía utilizada en la recolección y secado de la biomasa, significa que cualquier ganancia neta de energía puede ser deficitaria. Otro problema es el espacio que requiere para producir energía a gran escala. Para generar suficiente biocombustible para el mercado europeo, por ejemplo, haría falta un área del tamaño de Portugal. Un banco de arena frente a la costa de Venecia es poco probable que sea suficiente.
En el futuro, los defensores de este modelo energético, esgrimen que los avances tecnológicos harán que la biomasa de algas sea viable.
El equipo de la doctora
Blanca Ladislao Antizar de la Universidad de Edimburgo en Escocia ha demostrado que la producción de algas puede ser sostenible impulsado por el tratamiento de residuos procedentes de aguas estancas y de las chimeneas de las fábricas que proporcionan los nutrientes y el dióxido de carbono necesario. Las algas bio-diesel es una "solución real" a la dependencia de combustibles fósiles, si sólo las necesidades de energía del proceso de producción puede ser de origen renovable. Sin embargo, el trabajo de otro equipo en la Universidad de Oxford dirigidos por
David King, concluyo que con la tecnología actual las necesidades de combustible de energía es de 2,5 veces más para producir energía de origen renovable que el diesel convencional. Al igual que la laguna circundante, el futuro de la generación de energía de Venecia puede ser verde, si se invierte en la tecnología adecuada para rentabilizar su producción.