Los usos que puede recibir un mismo espacio pueden variar mucho en función de la época y el contexto en el que nos encontramos. De hecho en NQ ya hemos ofrecido unos cuantos ejemplos, de cómo un mismo edificio puede a lo largo de un intervalo de tiempo, de por ejemplo siglos.
De pasar de albergar el mobiliario propio de un templo leturgico, ha convertirse en una biblioteca, o de convertirse en una tranquila residencia familiar o incluso en un lugar recuperado donde cientos de jóvenes pasan sus momentos de ocio y tiempo libre practicando deportes urbanos como el Skateboard. Sólo por citar tres ejemplos, de los muchos que relacionados con el aprovechamiento y reciclaje de arquitecturas en desuso o directamente abandonadas se pueden encontrar entre nuestras paginas.
Pero si me llama algo poderosamente del edificio que alberga desde mediados de la década pasada las instalaciones y actividades de la institución Urban Nation en Berlin. Un museo destinado principalmente a organizar y programar actividades dedicadas al arte urbano, además de contemplar y tocar una diversidad de temas sociales, mostrando especial atención a todo aquello que tiene que ver con las nuevas formas de interacción social en el espacio publico.
Un conjunto de propuestas que han ido evolucionando incorporando las más ariesgadas tendencias y vanguardias expresivas. Lo que demuestra que los espacios a pesar de lo se pudiera pensar, muestran una gran versatilidad pudiendo evoluciónar y adaptarse a una gran variedad de escenarios posibles, modificando el fondo y la forma el predicado y el significado simbólico del mismo.
No solamente de la función para el que en principio fue construido, sino incluso su valor, status y percepción social. Sin ir mas lejos las cuatro alturas este edificio esquinado que los responsables de la Foundation Berliner Leben, transformaron tras un arduo trabajo de reforma en las salas de uno de los lugares más dinámicos en términos culturales que ha alumbrado la capital berlinesa en lo que llevamos de milenio.
Situado entre los números 7 y 10 de la calle Bülowstrasse. Era cuando se construyó a lo largo del siglo XIX, uno de los palacetes más obstentosos de la gran capital Berlinesa, la cual vivía instalada en uno de sus periodos más boyantes y prósperos de su historiaa. Perteneciente como muchos otros casos al catálogo inmobiliario protegido elaborado por la capital, por lo que ha recibido la consideración de monumento protegido.
Una de las propiedades por lo tanto más codiciadas y deseadas por los berlineses de la epoca, los cuales gozaban de unos cuantiosos ingresos con los adquirían hermosos edificios con magníficas fachadas. Mansiones que pertenecían a una corriente conocida como Gründerzeit, un sub-estilo arquitectónico que abarcó buena parte del periodo Wilhelminiano el cual comprendio el último cuarto del siglo XIX.
Siendo el estilo que predomino entre la acaudalada clase alta que protagonizó el resurgimiento del Imperio alemán, periodo que se inicia en 1871, conocido también con la denominación de Wilhelminiano . El cual se alarga hasta entrado 1914, año fatídico en el que se inició la Primera Guerra Mundial. Periodo que se caracteriza por un aguge de la industrialización en Alemania lo que produce unos elevados ingresos economicos, sobretodo entre sus elites.
Incremento en la riqueza que rápidamente se materializa en la construcción de obstentosas villas que como ya hemos dicho reciben el nombre de Gründerzeit (cuya traducción literal seria, construcción exhuberante). Edificaciones que destacan por sus lujosas decoraciones de estuco en la fachada, siendo otro de los rasgos que la definen los típicos ventanales, propiedades estéticas que siempre se pueden encontrar en casas del período guillerminiano.
Situado en las proximidades del centro de Berlin, desde que se abrió a mediados de la década pasada The Museum Nation se ha convertido en el altavoz creativo desde el cual las más vanguardistas expresiones urbanas se han proyectado al resto de la ciudad.
Y que en el edificio de la Museum Urban se han conservado proporcionando luz a obras de artistas iconicas comó Obey, Axel Void, Borondo o Faith 47. Una pequeña muestra de los cientos de artistas que forman parte de su nutrida colección, compartiendo el espacio con adornos geométricos o florales situados en los marcos de la ventana, y que adquieren numerosas formas, combinación que lejos de producir un contraste exagerado realza una colección donde el Arte Urbano más cosmopolita de los últimos treinta años. Asi como las impresionantes columnas, que se pueden admirar a la derecha e izquierda de las ventanas, indicando inmediatamente que la casa fue construida durante la epoca Wilhelminiana, enfatizando particularmente las ventanas que parece formar parte de la colección.
Hay frontones puntiagudos para admirar en el piso inferior, donde se pueden ver arcos de medio punto, que maravillosamente ornamentados subrayan la belleza de este singular edificio. Que en total cuenta con una superficie de alrededor de mil quinientos metros cuadrados, la mayoría de los que desde 2013, se han dedicado principalmente a acercar al público en general a numerosos artistas urbano, que han sido invitados a Berlín para diseñar murales en diferentes lugares y así hacer que el arte en el espacio urbano sea accesible para el gran publico.
Uno de las primeras iniciativas fue el programa ONE WALL que en sus inicios se convirtió en una excelente plataforma para mostrar a toda una selección de autores que pertenecientes a una excitante escena local. Habian heredado lo mejor de una tradición como la pintura mural o el muralismo que ya estaba presente en toda la ciudad, creando un relato común que había servido para hermanar las dos partes en las que tradicionalmente la ciudad había estado dividida hasta su reunificacion tras la caída del muro de Ḅerlin.
Como durante la época que se construyó originalmente el edificio, aunque teniendo en cuenta las circunstancias y contextos de los 150 años transcurridos desde que se finalizo. Las cuestiones sociales siempre fueron un argumento, a la hora de selecciónar tanto la decoración como las características de los artistas que en principio pasarian a engrosar el calendario de actividades de la institución. Al igual que en el período Wilhelminiano, no se concibió un nuevo estilo arquitectónico, sino que los arquitectos miraron en su entorno y tras nutrirse de muchas de las ideas que a lo largo de los siglos precedentes habian generado otros estilos arquitectónicos.
En vez de relegarlas, dejándolas a un lado, las incorporaron fusionandolas con su percepción de lo que debía ser la práctica arquitectonica en un momento donde las pautas de conducta sociales respecto al tratamiento y el uso del espacio. Asi cómo la aparición de innovadoras herramientas digitales han producido cambios en como se percibe la práctica arquitectonica actualmente, provocando que el público y los consumidores demanden un tipo de arquitectura que desarrollara todo ese potencial creativo. Ofreciendoles edificios que se alejaran de la ortodoxia oficial que se habia impuesto hasta entonces.
The Museum Urban es un espacio donde la creatividad no se limita a lo que solamente se expone en sus salas, sino que es un lugar inspirador en sí mismo que atesora una larga historia.
En este sentido el museo que abrió sus puertas en septiembre de 2017 fue precedido por un año de remodelacion y tres años de planificación. Conservando buena parte de su estructura original, ejecutada con extrema delicadeza por la firma de arquitectura berlinesa GRAFT. Las salas de exposición del museo se encuentran en los dos pisos inferiores del edificio. Aquí se eliminó el techo entre la planta baja y el primer piso, esto creó un espacio abierto, un inmenso hall de reunión y exhibicion.
Los visitantes de esta forma pueden moverse en un sala de más de 500 metros cuadrados entre los pisos a través de pasarelas interiores. Estas escaleras ascienden paralelas a la calle, estando situadas sobre la línea de metro sobre que corre a lo largo de la fachada del museo. Además, esta peculiaridad arquitectónica ofrece la posibilidad de ver las obras individuales tanto desde cierta distancia como aproximarse a ellas obteniendo una perspectiva diferente. El uso del revestimiento de suelo crea una conexión adicional entre el interior y la calle.
Aunque al visitante neófito en arquitectura seguramente no perciba el denodado esfuerzo por conservar las señas que se pueden considerar como la génesis del edificio. No obstante si podrá percibir aún sin identificarlos que en ese espacio donde está contemplando una exhibición de arte contemporaneo, se concentran una variedad de estilos arquitectónicos heredados de siglos pasados como el Neobarroco, el Neorrenacentista o el Neogótico.
Estilos que tradicionalmente se habian aplicado hasta ese momento en encargos realizados a nivel institucional de pronto se "democratizaban" pasando a ser demandados por clientes particulares. Esto sucedía por el abaratamiento de costes propiciado por las mejoras efectuadas en la eficiencia en el modelo productivo. Poco más o menos algo similar se puede afirmar del espacio y su tratamiento habiendo evolucionado de un estándar por el que tan solo se podía usar bajo un enfoque residencial, a transformarse en un lugar de encuentro creativo donde la expresividad se democratiza revalorizandolo en términos sociales y artisticos.