Es difícil de imaginar que en lugares tan remotos como el Atlas marroquí. Se puedan encontrar iniciativas como Le Jardin Rouge.
Que buscando un lugar donde se aplique un enfoque diferente. Organizando actividades y talleres de forma colectiva, han convertido las trece hectáreas que conforman su perímetro en una muestra al aire libre, donde la presencia de de la naturaleza influye sobre su actividad como artistas.