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Soportújar la tierra pagana de las brujas




Según te adentras en la Alpujarra ya sea desde la provincia de Almería, o como suele ser lo más común desde la ciudad de Granada. El viajero no puede dejar de estar ajeno a la sensación de que esta explorando un territorio, ya no solamente diferente en términos de paisaje. 


Parajes caracterizados por la abundancia de huertas donde abundan los árboles  frutales, parcelas donde se suceden las hileras de naranjos, limoneros, los exóticos caquis, las higueras que plantadas en propiedades privadas suelen estar a las afueras de las casonas encaladas. Y que comparten el espacio con los castaños y los almendros muy abundantes. Sino que la atmósfera en muchas ocasiones es casi onírica y surrealista.


Quizas sea debido al fuerte contraste que hay entre las faldas blandas cuajadas de nieve de Sierra Nevada y las llanuras del valle con sus miles de hectáreas que se han destinado a cultivar viñedos, pudiendo incluso llegar a percibir su aroma que se cuela (sin querer) por todos y cada uno de los poros de tu piel. Una sensación de ensueño que se refuerza cuando según te vas alejando de la zona este de La Alpujarra, la que corresponde a la parte almeriense, así como de la cara sur de las sierras costeras, que son más áridas.


Y serpentea por sus carreteras secundarias, por comarcas donde se asoman los pueblos de cal blancos, que al ser alumbrados por el sol se iluminan de las estribaciones de la sierra. Pedanias más o menos conocidas como Caratulas, Bubion o Lanjaron, famosa por sus manantiales de agua, a partir de las que se embotellan decenas de miles de botellas de agua mineral cada año, para posteriormente distribuirse principalmente por España. O la que será finalmente nuestro destino y por lo tanto nuestro centro de atención. 


La localidad de Soportujar que colgada como una centella de la sierra, tiene una ubicación privilegiada en pleno Parque Natural de Sierra Nevada y por lo tanto en el corazón de la Alpujarra. Ha arrastrado desde casi su fundación en el siglo XIIIl, cuando sus diezmos los administraba la casa del señorío de Orgiva, de ser un pueblo embrujado. Dudoso honor que se inicia cuando como casi toda la comarca acabo revelandose contra su señor, teniendo especial protagonismo en la sublevación de Abén Humeya en el siglo XVI y pagó las consecuencias con la expulsión de los rebeldes moriscos y su consiguiente despoblamiento. Felipe II rey por aquel entonces entregó finalmente entregó el lugar a 27 familias procedentes de otras regiones y desde entonces ha conservado el carácter típico de la zona y se ha mantenido con un censo de población muy bajo.

Las brujas con sus calderos de agua hirviendo y los demonios representan el espíritu del pueblo


Aunque este episodio fue el detonante del inicio de esta relación con su pasado exoterico, ha sido a lo largo de las ultimas décadas y sobre todo recientemente  en 2010, cuando a partir de una iniciativa de sus poco más de doscientos cincuenta vecinos que decidieron convertir el entramado de sus calles que confluyen todas en la plaza de Soportújar cuyo significado es "lugar de soportales”. En referencia a la abundancia de los típicos pasadizos callejeros conocidos como tinaos. Lugares donde se ha especulado que fueron el origen de la leyenda por la que este pueblo cobro fama de embrujado. Considerandose que la interpretación más aproximada es la de que después de expulsar a los ultimos reductos de la comunidad Morisca


Hechos que produjeron poco después de completar la reconquista de los reinos de taifas por parte del Reino de Castilla, se acabó repoblando por colonos inmigrantes que provenían de diferentes lugares dentro de la Península Iberica. Entre ellos un nutrido grupo de familias que habían partido desde la actual Galicia. Y que acabaron incorporando parte de sus costumbres de origen Celta al acervo local. Aunque existe otra versión que hila un relato propio de la epoca medieval y más cercana a la optica inquisitorial surgida como consecuencia de la gran influencia que ejercía la iglesia católica. 


Y que nos transmite la interpretación de que en un momento determinado aparecen cinco moriscos encausados por el Tribunal de la Santa Inquisición, tres mujeres y dos hombres, algo que sucedía cuando corria el año 1569. Si bien oficialmente se le juzgó siendo sancionados con las penas habituales por los delitos de ceremonias y ritos de brujeria, lo que dio como resultado que a todos los implicados les fueron confiscados sus bienes. Una de las mujeres, Úrsula Cateni, vecina de Soportújar, que en el auto aparece como reconciliada, se dice que fue relajada en persona, se dice que en el fondo fue por que participaba en ceremonias donde ejecutaba todo tipo de maldiciones e invocaciones. 


Aunque se ha hecho mundialmente famosa por sus leyendas y mitológia oscurantista y culto pagano,  la población de Soportugar en Granada ofrece uno de los patrimonio  naturales mejor conservados de la península ibérica. 


En todo caso se trata de una brumosa historia que trasladada a la actualidad modifica totalmente su sentido, transformando el conjunto de sus calles en un pueblo de cuento y fantasía que cada temporada atrae a decenas de miles de visitantes que lo recorren. Buscando algunos de las reproducciones que representan a las estereotipadas brujas o elementos relacionados con su peculiar universo de conjuros y pócimas mundanas. 


Y que están presentes cubriendo la mayor parte de este municipio, pudiendo ver la primera referencia nada más entrar a Soportújar. O el llamado Puente Encantado el cual fue finalizado recientemente en dos mil catorce y que como su propio nombre indica a los pies de una figura que reproduce un puente colgante se trata de un sitio magico. Al cual le sigue uno de los puntos de donde se pueden obtener las majores vistas de la sierra, un mirador panorámico de la Sierra de la Alpujarra. Un balcón mirador arqueado donde el caldero de la bruja da la bienvenida a los visitantes, ejerciendo a la vez de fuente donde los visitantes lanzan monedas a la espera de que se les conceda. 


En  la Cueva del tío Añunas (renombrada Cueva del Ojo de la Bruja), situada a poco mas de un kilómetro del pueblo. Habitada hasta mediados del siglo pasado se trata de un lugar camuflado parcialmente entre barracones. Habiéndose convertido en un punto de peregrinación para los vecinos del pueblo que se acercan sobre todo durante las fiestas de la llamada Feria del Embrujo, que se celebra cada agosto durante una semana desde 2009. Durante esta singular festividad hay actuaciones musicales, pasacalles y actividades infantiles. 

En la parte superior un acertijo en espiral que esconde un secreto, en la de abajo el mirador con la sierra al fondo


Se trata de uno de los paisajes más visitados y fotografiados debido al barranco adyacente. Es un lugar venerado y visitado tanto por los soportujanos como por los foráneos. Una de las cosas que más llama la atención del pueblo es el Centro de Interpretación de la Brujería cuyas instalaciones ofrece una abundante documentación tanto gráfica como escrita y oral relativa a Soportújar y a las aldeas vecinas. 


La Era de las Cruces, ahora renombrada Era de los Aquelarres. Es una explanada o "era" donde tradicionalmente se deposita la producción de grano que se cosecha cada temporada. En este caso debido a contexto lúdico se trata de un lugar de reunión donde se convocan a las brujas para contar historias de duendes y animas desorientadas debido a los hechizos del que han sido victimas, historias y leyendas antiguas que se originaron tanto en Soportújar como en otros pueblos adyacentes de la Alpujarra


Como resultado de los rumores, las habladurías, siendo el acero a nivel popular entre los paisanos de la villa que se extendían casi hasta la capital de la provincia. Difundiodose entre un halo de misterio entre los forasteros que pasaban de vez en cuando por la comarca y que tras haber pernoctado, se llevaban entre sus enseres estas pintorescas historias que posteriormente transmitían allá donde cabalgaduras en su trotar les llevaba. 


La casa de la bruja es una de las ultimas incorporaciones que forman parte del pueblo


Cabe mencionar que buena parte de las figuras que estan repartidas por el pueblo son obra del escultor madrileno José Vera Ruiz. Del que aparte se pueden contemplar otras obras en los pueblos aledaños como la que reproduce el busto de. Don Quijote de la Mancha. Y que se puede visitar en la plaza  de la Iglesia Nuestra Señora de la Expectación en Orgiva. Esta escultura de Don Quijote mide tres metros de alto y pesa tres toneladas fue realizada, en 2017.


Pero aparte de brujas y villanos el municipio, pese a ser de los más pequeños de la comarca ofrece en sus escasos establecimientos un amplia gama de productos artesanos como mieles elaboradas siguiendo criterios ecológicos. Para los que son de buen comer tenemos en su selecto los salmonarejos, una sopa espesa similar al tradicional gazpacho andaluz, que ademas de todos los ingredientes necesarios para hacer el gazpcho se le añade una cantidad proporcional de pan con la que se obtiene esa textura característica de este plato, que sobre todo se consume en los meses de verano cuando acucian mas el calor.


En los ultimos veinte años en  la comarca de la Sierra de Soportújar se ha apostado decididamente por poner en valor su patrimonio natural y cultural, desrrollando un entorno económico y social basado en pautas de turismo sostenible. 



Al formar parte de la Sierra de Soportújar,  paraje natural que a su vez está forma parte del parque nacional y natural de Sierra Nevada, el municipio se encuentra atravesada por rutas y senderos como el GR7, que debido a su excelente señalizacion permiten realizar numerosas excursiones por los alrededores. Pudiendonos acercar a lugares como el conocido como el Dique 24; además de la ruta especializada para mountain bike llamada  Transnevada que si continuas hasta el final te conducirá hasta la alberca del Almiar. Muy cerca de allí también emerge una área boscosa llamada el Robledal por el que hoy en día transcurre el sendero Sulayr por buena parte del mismo, siguiendo ese camino encontraremos la Acequia de la Sierra de Soportújar o del Almiar.


Más arriba todavía y si todavia conservas fuerzas alcanzas el alto del Cebollar donde se sitúa un refugio para montañeros, debajo del Pico de Alegas. Cuando desciendas podrás saciar tu sed en  Río Chico. Cuyo caudal aunque no presenta una gran embergadura al bajar de Sierra Nevada de una altitud que ronda los tres mil metros descienden vertiginosas y bravas buena parte del año. Mostrando una gran belleza paisajística. Recorrida por las diversas pistas y senderos que la transitan, mostrando unos magníficos paisajes con un gran valor natural.





En el caso de que no te guste excesivamente caminar en un de los desvíos antes de llegas al pueblo sale un camino cuyo destino es un lugar místico. Situado en lo alto de la Atalaya de Soportújar, te recibirán con los  brazos abiertos los monjes residentes budistas del Centro Budista O´Sel Ling, un templo que desde que entró en funcionamiento hace mas de tres décadas ha contado con la presencia de personalidades como  la del propio Dalai Lama. El centro aparte de ofrecerte actividades y alojamiento cuenta con un entorno espectacular, además de un centro de recepción de visitantes, la rueda de oraciones, la diosa Tara y lugares habilitados para el retiro y la meditación.