Los trabajos audiovisuales del artista Randi Parkhurst combinan el ilusionismo de un buen truco de magia, en las que los objetos se muestran ante nuestros reduciendo a una escala infinitesimal.
Con pequeñas reproduciones o miniaturas con las que a continuación realiza montajes animados muy sugestivos y dinámicos en términos visuales. Trabajos en los que puede invertir maratonianas jornadas de trabajo, pues cada pieza está realizada de forma artesanal.
En uno de sus últimos trabajos titulado Patience, un corto que podéis ver AQUI, el objeto sobre el que gira la ilusión óptica es un libro que engendra otros muchos otros volúmenes. De cuyo interior afloran historias en forma de frases esporádicas de las que apenas podemos leer alguna pagina.
Libros en cuyas paginas se relata una historia que es continuación de la anterior, construyendo una cadena de inconexos relatos que sin embargo tienen un propósito común. Provocar el asombro en el espectador que casi sin darse cuenta acaba por ser complice de la trama que contempla.
Como si un juego de muñecas matrioskas, los libros menguan o se multiplican en cada secuencia cobrando vida ante nuestros perplejos ojos, que no pueden de seguir la trama de unos libros que se muestran llenos de vida.
Realizados con cartón y papel reciclado cada trabajo representa un despliegue de recursos tan creativos como ingeniosos. Que actúa como si fuera un juego de manos, o una coreografía en la que el movimiento corporal es sustituida por los delicados pliegues de miles de paginas, en las que la música se convierte en el acompañamiento idóneo.
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