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UMA, arquitectura nórdica que se adapta a las estaciones y su paisaje



No hay muchos estudios de arquitectura y diseño que hayan sabido reintepretar su práctica en un contexto donde la naturaleza y lo orgánico se muestra de una forma tan cruda e integrada en el paisaje como el estudio UMA con sede en Estocolmo.


Dándole a cada proyecto una lectura donde lo global se nutre de los elementos de los parajes donde operan, ya se edifiquen en un entorno urbano o hayan sido encargos que se tienen que relacionar con las características que presentan los extensos bosques de coníferas que alfombra buena parte de la geografía del país escandinavo. Siendo estos proyectos hechos en proximidad y aplicando una óptica presidida por la economía de medios.

Cuyo material principal es la madera, aunque habría que precisar que no siempre precisan talar árboles para listar tablones con los que construir sus cabañas o pequeños refugios de monataña. Sino que en ocasiones tan sólo se trata de observar con atención y seleccionar el tronco que reúna las mejores cualidades para ser habitable.

Ya sea de forma temporal o de forma más estable y cubriendo por lo tanto de periodo más largos. Proyectos que alternan con propuestas más bizarras y pretenciosas, como la ocurrencia que presentaron en dos mil diecinueve, con motivo de la convocatoria que se realiza para reconstruir la nave central de la catedral de Notre Dame en París, y que básicamente consistía en sustituir la cubierta por una piscina infinita.


Planteamiento imaginativo a la par que un tanto descabellado que como era natural no salió adelante. Por lo que volvieron a los valores sobre los que han cimentado una sólida trayectoria, sobre todo acometiendo proyectos de pequeña embergadura y casi siempre en el ámbito de lo local. A través de los cuales han elaborado una especie de manual que se ha convertido en una referencia.

Para otros muchos estudios que atraídos por su forma de concebir el espacio y su habitabilidad en un entorno natural, todo un desafío a la vez que un potencial creativo. Proyectos como  Snowball hut, un refugio construido con piñas de abeto que se unieron con resina hasta formar una especie de vaina, fórmula que no funciono, por lo que se opto por una malla donde se insertaron las miles de piñas. 

La forma tubular del refugio Snowball hut hecho con bolas de nieva en su version diurna e iluminado por la noche.

En la parte superior de la estructura, el diseño forma una claraboya desprotegida que permite que la luz impregne el interior y genere un efecto visual fascinante, especialmente durante las noches en la que no hay otra fuente de luz que la luna. Algo que produce un efecto inmediato atrayendo a los miles de insectos que se sienten atraidos por la luz, buscando refugio en las escamas de las piñas.


Siendo un de los planteamientos a partir de los que exploraban y creaban refugios a partir de materiales básicos, que a menudo se encuentran en la naturaleza iniciándose una seria bautizada con el nombre de Primitive hut. Y cuyo primer antecedente tuvo por nombre Snowball Hut, que en términos generales guarda similitudes tanto en términos estéticos con la primera que he citado.

Como en el origen narrativo de su diseño, que está inspirado en las tradiciones locales plagadas de cuentos ambientados en los bosques de donde hasta hace relativamente poco tiempo extraían la mayor parte de las cosas que precisaban para vivir sus habitantes. En este caso el objeto a partir del que se diseña el refugio, es una linterna de nieve. Una tradición invernal que pertenece al folklore de los países escandinavos. 


El estudio de arquitectura sueco UMA, se ha especializado en un tipo de arquitectura donde el hilo conductor es el paisaje y la propiedad que poseen los materiales para crear espacios habitables a través de soluciones organicas.


Por ejemplo en Suecia,  en invierno los bosques se visten con unas linternas en forma de cono que se llaman Snölykta y se hacen apilando bolas de nieve, con pequeñas luces de té colocadas dentro para que brillen por la noche. Al igual y tratando de emular el diseño de la Snölykta, pero ampliando su escala se emplearon cuatro mil bolas de nieve para hacer una cabaña hueca y permeable en la que la gente pueda sentarse. 


Cuando el interior está iluminado, los espacios entre las bolas de nieve ofrecen un brillo natural que garantiza la iluminación de su interior, lo suficientemente intenso como para que los que pernoctan durante las largas noches de invierno que se dan en Suecia, puedan prescindir de la luz artificial. En este sentido su construcción no entraño más dificultad que la que podía suponer un muñeco de nieve, sólo hubo que apilar bolas de nieve hasta darle la altura deseada.

La última propuesta de esta serie se creó en plena canícula cuando los bosques de abetos están en todo su esplendor, llamado The Spruce hut el armazón del refugio cambia totalmente de color adquiriendo un color verde, cubierto por decenas de ramas con las que se genera un espacio que conserva algo de frescor. En la lejanía su forma cónica no se diferencia del resto de los ejemplares que los circunda.

Construido gracias a que ese año hubo piñas, se trata de un refugio efímero que será utilizado principalmente por pequeños animales


Por lo que se convierte en un excelente lugar donde camuflarse de los posibles depredadores que habitan el bosque. Como en los tres experimentos citados anteriormente, en Mushroom hut, lo primero que llama la atención es su aspecto primitivo cualidad que no es la única que comparten, sino que además de la utilización de materiales orgánicos de proximidad. Guardan un vinculo marcado por el paso de las estaciones.

Algo que determina además de la selección de materiales que se van a emplear en su construcción, su función y uso. En el caso los cientos de hongos que se insertaron en un armazón conico fabricado en alambre, tras la finalizar la temporada otoñal cuando el inicio del invierno se vislumbraba en el horizonte, pasaron a formar de un gran banquete, un ritual con el que desde hace centurias se evocan a los espíritus del bosque.


En One Tree Four Seasons una intervención narrativa que combina Land Art, arquitectura  y musica. Describe los diferentes usos y materiales que nos proporciona un determinado paisaje en función de la época del año en que se visita.


Un ciclo estacional que también aplican en su último proyecto titulado One Tree Four Seasons serie que se distinguirá de otros precedentes, en que en cada una de las cuatros refugios se incorpora un componente modal, más concretamente el protagonista será por un lado los sonidos propios de un paisaje boscoso. Elemento que se aprecia más en la segunda version de la serie que lleva por subtitulo Season II y la última presentada hasta la redacción de esta entrada.

Si en la primera dedicada al invierno colabora el artista de Land Art Antti Laitinen (de cuyos arboles forrados con papel de aluminio ya os hablamos por aqui) con el que construyen un nido cuyo volumen cúbico cubre el tronco del árbol que ya estaba rodeado de rocas debido a una antigua práctica agrícola que implicaba despejar obstáculos de los campos adyacentes.
 
Una versión un tanto caótica de su refugio construido con hongos


El equipo reunió ramas muertas y las tejió para formar un nido que sirve para rodear un viejo Aliso. que está situado en una finca en las afueras de la localidad de Nikvarn a un cuarto de hora de Estocolmo. En el centro de una de sus caras una abertura circular sirve como excusa para atraer la curiosidad de los excursionistas que sienten la necesidad de descubrir lo que hay dentro.



En la segunda versión titulada Season II que esta dedicada al verano, la ventana circular se amplia convirtiéndose en una abertura a través de la que sin embargo apenas se puede ver nada, pero si se puede desde cierta distancia oír una melodia interpretada por un cuarteto de cuerda. Un concierto casi mágico, sino poetico, ejecutado por la agrupación local Julikvartetten un homenaje al árbol por lo que la melodia trata de seguir el compás y movimiento cuajadas de hojas. Esta vez, un nuevo material natural estaba disponible para que trabajaran: heno cortado y recogido de los campos. No solo empacaron el heno en la estructura de la rama tejida para darle más solidez, sino que elaboraron en una pared superior ligeramente curvada que enfoca una vista estrecha en el dosel del árbol en lo alto. 


Un viaje a las estaciones desparecidas de Berlin


Como buena parte de las grandes capitales Europeas la ciudad de Berlin tras finalizar la II Guerra Mundial quedo reducida a escombros, experimentando una severa transformación en su proceso de reconstrucción, proceso que comparandolo con el de otras ciudades donde se opto por recuperar su patrimonio arquitectónico y urbanístico original.

Supuso el abandono de muchas infraestructuras herededas de regímenes anteriores, Esta decisión lejos de ser arbitraria obedece a que Berlin tras la contienda quedo dividida en dos por un muro, la parte oriental quedo en el bloque Sovietico y la Occidental paso a convertirse en un símbolo de la libertad y la lucha contra todo tipo de regimenes autoritarios.  

Para todos aquellos ciudadanos que de forma arbitraria les había tocado residir en la zona oriental, situación que se revirtió en el momento que se produjo la reunificación de las dos alemanias, pudiéndose constatar sobre el terreno las grandes diferencias estructurales que existían dependiendo del lado donde te situaras.

Pero lo que de veras resulto desolador comprobar fue el corroborar como apenas quedaba ningún vestigio arquitectónico  o monumental anterior a la entrada de los aliados en la ciudad, por lo que las autoridades se afanaron en tratar de conservar aquellos escasos equipamientos e infraestructuras que apenas se sostenian en pie.


LA ESTACIÓN CUYO DESTINO ESTABA DECIDIDO POR LA HISTORIA
 
Curiosamente dos de estas reliquias del pasado pertenecen a la red de ferrocarriles estatales, quizás la mas extensa de su época en la vieja Europa. Un inmenso nodo de comunicaciones desde el que cientos de miles de viajeros.

Durante el primer tercio del Siglo XX podía elegir destino trasladandose practicamente a cualquier ciudad importante que se encontrara dentro del continente, aunque también existía la posibilidad de desplazarse eligiendo destinos mas exoticos.

Este hervidero de actividad se concentraba basicamente en dos puntos dependiendo de si el tranporte era de viajeros o mercancías. En el caso del primero te tenias que dirigir a la estacón de Anhalter Bahnhof Station, con su majestuosa entrada de mas de un kilómetro de largo, de cuya fachada en la actualidad quedan poco mas de cien metros.

Y con cuya visión apenas te puedes hacer una ligera idea de su magnitud no solamente como edificio que albergaba las diferentes dependencias ferroviarias, tanto las destinadas a los usuarios como las administrativas desde las que se operaban las diferentes lineas y trayectos, tanto los que tenían como cabecera, como aquellas que finalizaban en sus andenes.

Operativa en diferentes etapas entre 1889 y 1952, aunque sus ultimos años permanecio practicamente abandonada, un triste final que según los planes megalomanicos que tenia Hitler y su arquitecto de cámara Albert Speer se hubieran precipitado.

Pues en su deseo por convertir a Berlin en la capital del mundo la estación y su excepcional techo acristalado suponian un obstáculo desde el punto de vista logístico, dentro del organigrama planteado desde el departamento del ministerio de transportes alemán de aquella época.


UN CEMENTERIO DE LOCOMOTORAS EN MITAD DE UN PARQUE

Para visitar la segunda terminal tendremos que dirigirnos al Sur de la ciudad, mas concretamente al Nature Park Schöneberger Südgelände, una reserva natural que se ha convertido en el principal pulmón de la ciudad.

Y que aparte de contar con una flora y fauna amplia y variada compuesta por de 350 especies, el visitante puede deleitarse con algunas de las locomotoras mas antiguas del continente y que descansan en situación de semi-abandono en una parcela cuyo acceso parcialmente escondido.

Alberga los restos de una terminal de mercancías ferroviarias, en la que al contrario de la estación de viajeros, todavía se puede andar sobre las vías y trastear con las agujas que servían para ordenar el denso trafico de convoys compuesto por vagones donde se transportaban todo tipo de productos.

Cuesta imaginar que en este paisaje casi onírico invadido de nuevo por la vegetacion y la maleza, en el que con un poco de suerte te puedes encontrar con algún colectivo de artistas que han convertido sus catenarias en un set improvisado de rodaje.
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Una vez, no hace mucho, por sus vías oxidadas circulaban centenares de trenes a diario, estando sus hangares practicamente operativos hasta final de la década de los 80´s del Siglo pasado, habiendo un intenso trafico de cualquier cosa que uno se pudiera imaginar, siendo el principal punto de distribución de mercancías de la ciudad.

Siendo en la actualidad un espacio donde cada fin de semana acuden tanto los vecinos de los barrios limítrofes, como aquellos que residen en las localidades del área metropolitana a pasar una agradable jornada de ocio..

  
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Entre los muchos alicientes con los que una gran ciudad como Berlin puede deleitar al viajero, la capital Alemana cuenta con algunos rincones donde todavía se puede recorrer y ver los restos de las estaciones de tren que durante años 30´s y 40´s del Siglo XX, pretendía convertir a la ciudad en la capital del mundo.


Bicycle Hotel Lillestrøm, algo mas que un aparcamiento para bicicletas


En países como Holanda, Dinamarca o los que forman parte de la península escandinava, la presencia y uso de la bicicleta tiene connotaciones que trascienden mas allá de unas políticas determinadas de movilidad. 


Simboliza un compromiso de sus ciudadanos con su entorno que conforma su estilo de vida con el que se identifican y cuyos efectos se proyectan abarcando otros ámbitos, como la economía, la educación, las relaciones laborales, la salud.


Y también ¿Por que no? a la hora de diseñar los edificios y los diferentes elementos que conforman el mobiliario publico. Diseñada a partir de una colaboración entre diferentes estudios locales encabezados por Various Architects la nueva red de parking bici de la ciudad Noruega de Lillestrøm.


Se trata de una estación multiusos que aparte de permitir aparcar la bicicleta cuenta con un diseño cuyos elementos están fabricados con materiales de reciclaje. Donde el cristal y la iluminación LED empleada combinada facilita la optimización de los recursos energéticos que hace de cada Bicycle Hotel una dotación, que aparte de prestar un servicio publico cuyo modelo de gestión garantiza la seguridad de cada bicicleta almacenada se convierte en un ejemplo de diseño funcional sostenible.


Cada Bicycle Hotel actúa como como un lugar social dinámiccon el que sus usuarios se relacionan en diferentes contextos, mas allá de lo que para en principio fue concebido.


Permite que en sus mas 500 metros cuadrados de superficie divididos en dos alturas, convivan la planta baja destinada al aparcamiento de bicicletas propiamente y una amplia terraza situada en la planta superior. A la que se accede por una rampa exterior actúen como un espacio social donde se pueden organizar actividades o simplemente quedar para pasar el rato.

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Chris Forsyth fotografía en The Metro Project el lado desconocido de las estaciones de metro


Realizadas a lo largo de 2.015 las protagonistas de las instantáneas que os presento a continuación, no son las miles de personal que pasan por sus andenes cada jornada para ir al trabajo.  

Sino las instalaciones y los elementos que forman parte del mobiliario, así como se pueden distribuir y combinar de múltiples maneras en un mismo espacio. Así como las diferentes maneras de concebir el diseño e interiorismo.

De las instalaciones de una estación de metro en función de su localización y ciudad. Firmadas por el fotógrafo Chris Forsyth, se trata de un trabajo gráfico que nos sugiere la increíble variedad de propuestas que podemos contemplar en el subsuelo de nuestras ciudades. 


Y que habitualmente y debido a que las redes que forman parte del suburbano, son percibidas habitualmente como lugares monótonos visualmente. Cuyo paisaje anodino solo miramos para tratar de orientarnos a través de su indicativos.

Tomadas a primeras horas de la mañana o cuando el servicio estaba a punto de finalizar. Los andenes de las estaciones se muestran despoblados de gente sin apenas actividad perceptible. 

Sino fuera por la iluminación y la coincidencia de que en ese preciso momento llegue algún servicio que mientras reduce su velocidad, dibujando una estela que la sensibilidad de la lente de la cámara captura ofreciendo curiosas combinaciones ópticas.


Metro es un trabajo documental compuesto por una selección de fotografías, realizadas entre trayectos en estaciones de MunichBerlin y Estocolmo. Con las que su autor explora el subsuelo y cuyo resultado son tomas que transmiten una atmósfera surrealista y mágica

En total Chris ha retratado más de ciento cincuenta estaciones de metro, en un período de tiempo que ha abarcado cerca de veinte años, selección ingente de documentación que forma parte de Metroproject o Proyecto Metro

La primera escala de este proyecto nómada tuvo como protagonista las estaciones que forman parte de la red de metro de su ciudad natal de Montreal. Trabajo que fue galardonado con el premio al Fotógrafo Internacional del Año 2015 de arquitectura de interiores. 

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