El arte cinético presenta en su ejecución una fuerza visual que encandila al espectador, los diferentes elementos que lo componen deben estar diseñados de forma minuciosa, para que en funcionamiento estén perfectamente coordinados.
Las instalaciones realizadas por el artista coreano U-Ram Choe representan escenas de la naturaleza en la que los movimientos elegantes de sus figuras, nos trasladan a mundos oníricos, donde el componente visual se aproxima a una variante del surrealismo que enriquece la acción narrativa.
Choe utiliza diferentes metales, motores, engranajes, incluso las placas de CPU personalizadas para controlar los movimientos precisos de cada escultura. Aunque se ha especializado en intervenciones a gran escala, también cuenta con una amplia muestra de pequeñas piezas donde el gusto por los detalles es destacable desde el punto de vista artístico.
PLASTICIDAD CYBORG DE VUELTA A LOS ORÍGENES DE LA POETICA
Choe que de niño ya mostró querencia por las manifestaciones artísticas, no en vano creció en una familia donde sus progenitores eran escultores. Sin embargo fue su relación con su abuelo con formación científica, la que influyo en su maduración como artista.
Las obras de U-Ram Choe describen con un lenguaje aparentemente corporal y orgánico basado en materiales como acero inoxidable, el latón o el aluminio. El rendimiento físico de la materia y su movimiento, explorando los limites de la morfología evolutiva. Para bautizar a sus creaciones emplea nombres latinos inspirados por las tradiciones lingüísticas de la nomenclatura científica.
Como autómatas complejos las esculturas amorfas expresan de manera refinada a través simulaciones, que respiran con el movimiento evocando la ingravidez de las coreografías acuáticas, o de las exhibiciones de los cortejos rituales ejecutadas por diferentes especies de aves.