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El Lower East Side de New York, el distrito de los huertos urbanos

 


Cuando los primeros colonos se asentaron en el sur de la actual isla de Manhattan fundando New Ansterdam, entre otras motivaciones estaba la de que en aquellos pantanales regados por los afluentes tanto del East River como fundamentalmente por las caudalosos aguas del Hudson River. Representaban un tesoro desde el punto agrícola. 


Una tierra de cultivo fecunda y fértil que garantizaba la producción de una cuantiosa a la par que nutritiva cesta de productos de lo más variados. Con la que alimentar a las miles de familias que tras escoger unas de las parcelas en la isla, se afanaban en la construcción de sus casas. Primeros habitantes que no se podían imaginar que cientos de años más tarde, aquellos miles de acres cultivados de sol a sol, y con herramientas muy precarias y fabricadas bajo condiciones muy rudimentarias. 


Serían el embrión de lo que a la postre se corvertiria en un primer momento en la ciudad más grande del mundo, y con el tiempo, en todo caso y tras ceder el cetro de ser la urbe más colosal. Seguir definiendose como la ciudad en cuyo espejo se siguen mirando el resto de aquellas grandes concentraciones de población que desean desarrollarse aplicando un plan urbanistico coherente con las expectativas y necesidades de los ciudadanos que la habitan. 


Todo un estándar socioeconomico que se ha proyectado fundamentalmente a lo largo del siglo XX erigiéndose en un paradigma, de cuya narrativa han emanado multitud de versiones o utilizando un neogilismo cinematográfico spin off. Hasta convertirlo en un credo para cualquiera que sea en términos técnico-urbanisticos o a nivel político desee realizar una gestión la mas eficiente posible que permita un crecimiento del paisaje urbano lo más sostenible posible. Contribuyendo a crear un sustrato cuyo paisaje tanto a nivel humano como urbano sea lo más beneficioso posible para sus habitantes. 


De aquellas propiedades y su concepción como es razonable apenas queda rastro en ninguno de los cinco Boroughs, o cinco grandes divisiones administrativas a través de los que se articula la ciudad. Aunque quizas aunque pueda sorprender a una mayoría de viajeros, es que en lo mas profundo de Manhattan donde de alguna manera se pueden percibir las reverberaciónes. 

El All People Garden es un espacio multi-area con jardines y huertos colectivos

De lo que en un pasado relativamente reciente se pudo considerar un vergel natural, compuesto por propiedades dedicadas exclusivamente a la actividad agrícola. Más concretamente en el área que comprende el distrito de Lower East Side, donde han proliferado una mayor cantidad de propuestas orientadas hacia la agricultura urbana o a la creación de zonas verdes de iniciativa civil en el espacio público. 


Iniciativas en su mayoría emprendidas a partir de propiedades surgidas de asocaciones que trabajan en diferentes ámbitos sociales, pero que les une su conciencia medioambiental y el fomento de una vida saludable. Y cuya labor con el paso del tiempo ha servido para provocar una metamorfosis en el paisaje urbano de un barrio que está delimitado al norte por el puente de Williamsburg y al sur por el puente de Manhattan. 


Un barrio tan bohemio como ecléctico donde, el visitante puede observar como las bicicletas inundan sus calles siempre llenas de actividad, gracias a las numerosas terrazas repletas de estudiantes, que viven en bloques de pisos de alquiler que se mezclan con exclusivos apartamentos dando como resultado uno de las comunidades más jóvenes de la ciudad de los rascacielos. 


A escasas manzanas de los inmensos rascacielos de Times Square, en el Lowes East Side se ha desarrollado toda una comunidad de huertos urbanos y espacios verdes gestionados bajo un enfoque comunitario. 


Rascacielos qué por otra parte están prácticamente ausentes en un barrio, dominado por propiedades residenciales de cuatro o cinco alturas como maximo, como el edificio que alberga el Lower East Side Tenement Museum, clásicas tiendas de telas y tradicionales delicatessen, como Katz's y Russ & Daughters. El lugar idóneo para que se creen auténticos oasis, pulmones comunales que han ravalorizado un barrio hasta no hace mucho anodino y apático. 


Parques como los más veteranos, como el de All People's. Garden, al cual para acceder hay que flanquear un verja de forja. Situado en 293-295 East 3rd Street, este jardín fue creado en 1978 por la asociacion VISTA voluntair Olean For en un esfuerzo por unir al vecindario del bloque contra el narcotráfico.  Espacio que desde que se abrió dio la vuelta a la vida de muchos jóvenes con su club de dedicado a la infancia. En 2003 completó una importante renovación del jardín con una restauración de la zona de asientos en la zona del escenario, barbacoa, cobertizo de herramientas y caminos con adoquines. Además de un nuevo mural y una glorieta. 


De esa misma época es Creative Little Garden, se trata de un elegante jardín sombreado que obtuvo sus plantas y  materiales de donaciones particulares. Situado en 530 E. 6th Street, un camino sinuoso de grava, te conduce a un jardín de rocas, y patio de losa y zonas de esparcimiento. El jardín fue renovado por GrowNYC en 2004 con financiación de la Fundación Greenacre. El  Camino se enloso de nuevo, se colocó un pequeño cenador y se añadió un nuevo banco nivelando además el camino principal y el patio. 

Flanqueado por una barandilla hecha con troncos, El parque de la Tranquilidad es de los más veteranos de la ciudad


Un año posterior se inauguraba El Parque de la Tranquilidad hermoso jardín donde han prosperado árboles plantados en el antiguo sitio de una sinagoga.  El jardín tiene un nuevo cobertizo de herramientas, cercas de madera, pajarera, y entrada de losa. Si lo visitas en 314-318 East 4th Street, tendrás la oportunidad de ver una de los jardines de rosas y lirios más agradables de Manhattan. 


Del Miracle Garden, aparte de la gran intimidad de la que goza, lo primero que te llama la atención son los enormes bancos de madera que convierten la pequeñez placita circular en un sitio acogedor y familiar. Construido en 1983. Cuenta con una variedad de plantaciones que se abre a un área de reunión oculta de la calle, lo que lo convierte en un respiro tranquilo y fresco en un caluroso día de verano. Se encuentra en 194-196 East 3rd Street

En el fondo del Martin Luther King se ve  una pergola rodeada de variedad de flores


El siguiente en nuestro recorrido es el Martin Luther King Jr. Park (adyacente a Henry Street Settlement) fue construido originalmente como un parque provisional en 1993, debido a su forma triangular se pensó que no reunía los requisitos. El parque tiene dos áreas principales. La primera es soleada y abierta. Hay un pequeño césped rodeado de rosas. Entre las dos secciones hay un mirador de cuatro metros de diámetro. A lo largo del camino que conduce a la segunda área hay jardineras accesibles para sillas de ruedas.


De alguna forma los huertos urbanos del Lower Manhattan representan un homenaje a una ciudad solidaria que apuesta por crear espacios de ocio y uso público, en áreas masificadas urbanisticamente. 



La historia del jardín comunitario se inicia hace 25 años cuando uno grupo de vecinos deciden fundar el Sara D Roosevelt Park, ocupando una parcela en el lado sur de Delancy Street. Forsyth Garden Conservancy aumentó las plantaciones perimetrales y las protegió con cercas. También crearon el Jardín de Aves Hua Mei, donde los residentes locales traen sus pájaros cantores y se congregan para verlos y escucharlos. 

El Slope Children Garden es uno de los mas amplios del distrito

Aunque entro en funcionamiento en 2006 la superficie dedicada a la zona ajardinada del 5th Street Slope Children's Garden, ha duplicado su tamaño gracias a que se fusionó con el patio de recreo de un colegio adyacente convirtiendose en uno de los parques del distrito. El jardín se hizo conocido como el jardín inclinado porque se inclinaba de oeste a este, por lo que fue nivelado a posterior con la adición de material orgánico. Alberga un escenario de actuaciónes, un área de picnic, bancales plantación, senderos y cenador del que cuelgan viñas. 


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Para finalizar este repaso a los espacios verdes gestionados de forma comunitaria damos un salto atrás en el tiempo hasta trasladarnos a 1971, que es cuando en Generation X Cultural Garden. Por lo que estamos ante el decano de todos ellos. Así como el más apreciado del Lower East Side. Recorrido por un trazado cuya senda principal esta pavimentada conduce a un área para actuaciones. La finalización de un muro de contención de mampostería permitió crear áreas de siembra adicionales donde las moras, los arándanos, las frambuesas y las fresas crecen compartiendo espacio con nectarinas, perales, melocotoneros y manzanos.



Pripyat la ciudad después del desastre nuclear de Chernobil

 


Si hay un lugar en el imaginario de cualquier practicante de urbex, ya sea aquel que atesora cierta experiencia o por el contrario sea alguien que está comenzando a aventurarse en la exploración urbana de lugares abandonados. Son los restos de la ciudad perimetrada de Pripyat, una ciudad que languidece dentro de la zona de exclusión de Chernobil.


Devorada por la maleza tras más de treinta y cinco años desde el que un aciago 26 de abril de 1986, se activarán todas las alarmas en la central nuclear que hoy en día protegida por la vasija más grande del mundo, permanece inmóvil, congelada en un inquietante letargo casi eterno. Debido a que en uno de sus reactores de fisión nuclear se colapso, comenzando a emitir cantidades de radiación hasta entonces desconocidas por la humanidad. 


Lo que provocó que las autoridades adoptarán como primera medida evacuar a la totalidad de los 40000 habitantes con los que en aquel entonces contaba en aquel momento. Una medida que buscaba priorizar la protección de una población que desconcertada por la escasa información que había recibido en relación a unos acontecimientos sobre los que se les ocultaron de forma deliberada todo detalle. Obedecía de forma dócil y apresurada dejando atrás prácticamente todas sus pertenencias y enseres. 


Restos de un proyecto de urbanización colosal, por lo que la antigua Unión Sovietica había desarrollado y acelerado las obras de construcción desde cero. De lo que hasta ese momento se podía considerar la urbanicion ex-frofeso del núcleo poblado más grande del mundo, si exceptuamos la ciudad de Brasilia, que desde su finalization se convirtió en la capital de Brasil, siendo concebida por el arquitecto Oscar Niemayer


Un proyecto que desde que de forma apresurada pero metódica fuera abandonado ha cedido prácticamente a los rigores del paso del tiempo prácticamente convirtiendose en una ciudad fantasmal y por momentos tetrica. Cuyas cicatrices se observan nada más acercarse a sus inmediaciones. Ya sea andando por cuenta propia y riesgo tras recorrer los 18 kilómetros que la separa de la ciudad de Chernobil. 

Interior decrépito de uno los hospitales que atendía a la poblacion


Trayecto paralelo a las riberas del rio Pripyat, qué implica invertir  alrededor de hora en una plácida caminata. Opción que no suele ser muy recomendable, pues en todo el perimetro que rodea el término municipal en un radio de treinta kilometros a la redonda desde la zona cero. Las fuerzas de seguridad ucranianas han establecido un fuerte dispositivo de seguridad y video vigilancia. 


Por lo que al igual que casi las 70000 personas que se estiman que se adentran cada año en las diferentes áreas restringuidas que forman parte tanto de la ciudad como de su entorno más proximo. Antes contrataron alguno de los denominados comandos furtivos, que operan principalmente desde Kiev


Y que por una módica cantidad te garantizan una visita segura a algunos de los muchos puntos de interés, además de proveerte de un contador geyger con el que podrás evaluar los diferentes niveles de particulas radiactivas que emiten en diferentes areas. Lugares que pese a la persistencia del tiempo y los estragos que ha producido en el conjunto del mobiliario de esta ciudad todavía se pueden visitar salvo excepciones. Deterioro que se aprecia a un más en los días plomizos, cuando las temperaturas descienden de forma drastica debido a los vientos gélidos provenientes de noreste siberiano. 


Cuya fuerza azota a la cada vez más numerosa vegetación que en muchos casos ha conseguido no solo camuflar sino engullir literalmente muchos de los edificios de esta singular ciudad. Algo que llama poderosamente la atención. Pues los altos índices de radiación que observaron los científicos en las semanas inmediatamente posteriores a la fuga.


Las ruinas relativamente recientes de la ciudad de Pripyat evocan a la vez que desafían a los instintos más primitivos sumergiendote en la exploración de un lugar donde los espectros inertes nos susurran un pasado que no se debería repetir. 



Afectaron principalmente tanto a la fauna como a los densos bosques que se encuentran en el entorno próximo a lo que hoy es el sarcófago, experimentando un descenso drástico en su población. A los que sobrevieron se les acabo aplicando el apelativo del Bosque Rojo. Tonalidad que finalmente se ha convertido en el fenotipo dominante en la zona. 


Y que se puede apreciar con más contundencia cuando declina el día y el sol se dibuja en el horizonte. Fenómeno que en menor número se aprecia en la vegetación que devora todo tipo de edificaciones, aunque se suelen endocitar aquellos que por su aislamiento presentan unas parcelas cuyas extensiones de terreno son mayores.


Cómo en la que encuentra el Hotel Polissya,  uno de los edificios más altos de Pripyat, que casi se puede divisar desde casi cualquier de una ciudad, que se empezó a construir en 1970 y que esperaba alcanzar los 80000 habitantes en su máximo apogeo. Lo que la convertiría en la segunda localidad más poblada de Ucrania, superando incluso a Sebastopol. Siendo uno de los símbolos del desastre nuclear. Fue construido en 1975 para alojar principalmente a los operarios especializados que trabajaba de forma temporal en la central. 

Treinta y cinco años después de la tragedia el hotel Polissya presenta una estampa fantasmal

O el cine Prometheus de Pripyat que era uno de los lugares más populares de la ciudad para reunirse y tener una tarde de ocio viendo películas o disfrutando de su cafetería interior. Aunque la programación estaba compuesta por un catálogo de películas seleccionadas tras haber pasado la rigurosa censura soviética. De sus instalaciones cinematográficas, apenas queda algunos restos del mobiliario como son algunas filas desdentadas de butacas del aforo, o la pantalla de exhibición que raida por la mitad parece que va ha desplomarse en cualquier momento. 


Según avanzas hacia el centro de esta ciudad también conocida como la ciudad de las rosas, seudónimo con la que se bautizo porque a todos y cada un los vecinos que se añadían a su censo. Se les entregaba como presente de bienvenida un rosal, al cual se le asignaba un lugar de cultivo en unos de los cientos de jardines que había por todo el área metropolitana. 


En las escasas butacas de lo que en principio se iba a llamar el cine Uranio se dice que se ha visto algunos de los espíritus de la alta jerarquía sovietica

Zonas y espacios verdes que fueron los primeros en desaparecer fruto de las sucesivas oleadas de radiación, que transformaron de forma radical de la noche a la mañana. Y que por mucho que te empeñes apenas puede imaginar. Aún llegando a las inmediaciones de amplias avenidas como la de los Entusiastas y la calle de la Amistad de los Pueblos.



Donde de manera infructuosa, como otros cientos quizas miles de visitantes que te precedieron a ti. buscas un letrero con el eslogan «átomo pacífico» (en ruso: мирный атом, mirny átom). Un nudo georgiano de difícil interpretación a la par que sugestivo, y que en todo caso indica las profundas connotaciones sociales y políticas a partir de las que se expandió una ciudad. 


Que fue idealizada por las élites soviéticas proyectandola como ejemplo urbanístico y social, de lo que en un futuro debían ser los principales argumentos políticos y arquitectónicos que proyectará la Unión Sovietica. Que se tendrían que contemplar a la hora de crear uno de los muchos asentamientos que estaban planeados realizar en décadas venideras. 


A día de hoy existen diferentes proyectos que planean la utilización del suelo en esa zona de Chernobyl para generar energía mediante paneles solares, toda una paradoja histórica. 


Sitios más llamativos donde estilos como el Brutalismo compartirían su protagonismo incorporando referencias más occidentales de las que sus arquitectos no se podían abstraer. Detalles sutiles de los que apenas queda algún vestigio. Pero que podrás imaginar si te has documentado antes de visita por ejemplo el Centro Cultural Energetik. Se trataba de un pabellón multiusos que contaba con un edificio de administración adyacente. Donde se intentó dinamizar el espacio a través de grandes ventanales. 


O el café Prípiat (que se encontraba cerca del río), único y en el centro de la ciudad, cerca del Bulevar Lenin. Se trataba de lugares altamente frecuentados en un enclave que había sido planificado como lo que se conoció posteriormente como una ciudad dormitorio. Donde las distracciones y los momentos de ocio y el tiempo libre se circunscriben actividades realizadas principalmente en el exterior.

Cristalera interior del bar de Pripyat, una mezcla de Art Nouveau y arte sacro

Percepción de los usos del tiempo libre que pudo variar sustancialmente si poco días antes de su cuando el 26 de abril estalló el reactor 4 de la Central nuclear de Chernóbil. Pues la inauguración oficial del parque de atracciones estaba programada para el uno de mayo de 1986, coincidiendo de esta forma con el Día del Trabajador, fiesta nacional en la entonces Unión Soviética.


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Parque cuyas atracciones han sido colonizada por numerosas aves y algunas manadas de lobos que merodean por los alrededores. La imponente noria que se levanta como testigo mudo, de lo que iba a ser el resurgimiento del sovietico. Y que proyecta su larga sombra por otro de los equipamientos emblematicos con los que contaba sus ciudadanos, siendo utilizada principalmente los fines de semana. 


Se trataba de la piscina cubierta Azur, quizás el principal lugar de reunión, sobre todo en los meses a lo largo que transcurría el frío y crudo invierno. Construida dentro del programa marcó de actuaciones iniciado en 1970. Estamos ante uno de los pocos edificios que mantuvo su actividad después de la catástrofe nuclear. Estando en fncionamiento hasta 1998, Doce años después del accidente. Durante aquel tiempo, las instalaciones de la piscina fueron utilizadas por los bautizados como liquidadores. A pesar de los altos niveles de radiación del área, la piscina está considerada uno de los puntos más limpios de la ciudad,​ sin embargo, tanto esta como la cancha de baloncesto adyacente está en un avanzado estado de deterioro.


Si nos alejamos un poco la ciudad nos toparemos con la majestuosidad del Radar Guda, un casi intimidante muro de acero que alcanza los 700 metros de largo y una altura máxima de cien metros cuya contemplación en toda su extensión puede provocar vertigo. Y que debido a la enorme financiación que habría que invertir en su desmontaje. Se mantiene en pie, aunque ya hay alguna sección que por efecto de estar muy expuesta a los rigores del clima se ha desprendido. Por lo se recomienda a los incautos que no escale hasta su cima, la que por otra parte ofrece una panorámica excepcional del todo el área que abarca la ciudad hasta divisar la glaciar figura del sarcófago sobre cuya superficie plateada despuntan los rayos del sol.


Carmen Laforet, encuentros en el Trastevere.

 


Nada fue algo más que un libro, fue la historia que mejor representó el drama al que se enfrento toda una generación traumatizada, como consecuencia de la fractura provocada por la guerra civil. Ademas reflejaba el desconcierto e indefension de su autora frente a un escenario al que pese a las adversidades trataba de adaptarse denodadamente. 


Aunque en infinidad de ocasiones Carmen Laforet que cuando escribió el borrador original, de cuya primer edición original de la que se le amputo tres capitulos enteros dos dedicados a su amiga Linka de origen polaca y un tercero dedicado a una militante anarquista que por motivos relacionados con la incipiente de la censura de la época. 


Nego que en la redacción de Nada se incluyera datos autobiográficos alguno. Cómo en la siguiente declaración realizada con motivo de una de las entrevistas de presentacion «No, yo no soy Andrea, ni tengo nada que ver con ninguno de mis personajes. Me siento totalmente desligada de ellos. Los he creado, pero les he dejado vivir libremente, sin pretender imponerles mi voluntad. Me divertía tanto viéndoles surgir...». En otra ocasión la escritora responde -.No es, como ninguna de mis novelas, autobiográfica, aunque el relato de una chica estudiante, como yo fui en Barcelona, e incluso la circunstancia de haberla colocado viviendo en una calle de esta ciudad donde yo misma he vivido, haya planteado esta cuestión más de una vez.


En todo caso no se puede negar, que el lector que conozca un poco de la vida de la autora percibirá que al manos a nivel inconsciente la autora que en el momento de completar su escritura contaba con 23 años. Si reflejaba rasgos de su personalidad relacionados con lo que ella denominó su espíritu nómada o deseo de vaganbudear. 


Cómo ella misma confesó en alguna ocasión, «Por eso, porque me siento incapaz de adquirir costumbres, es por lo que no me quedo». Actitud que propicio que Laforet no se quedara mucho tiempo en ninguno de los muchos domicilios que tuvo a lo largo de su vida en España. 

Desde el Castello di Uzzini la escritora programa conocer Florencia

Y quizá por eso en todas sus novelas el dotonante es un viaje de el protagonista, o si se quiere una huida precipitada, cuya estancia estará determinada por las caracteristicas tanto paisajistas como humanas del entorno. Impulso de explorar nuevos lugares qué finalmente transgrede los límites del papel y de territorio español, por lo que a finales de los años 60's. 


Comienza un periplo de escalas que le lleva a visitar sitios tan diversos como la ciudad de marroquí de Tanger,  en la que residió entre 1959 y 1962, ya que su marido fue el director del diario España en esa ciudad. Esta fue una época feliz y fértil para la escritora, ya que allí conoce a Truman Capote y el fotografo Paul Bowles, además de relacionarse con músicos contemporaneos como Jimmy Hendrix o Jim Morrison, o el dramaturgo Tennessee Williamsque vivían allí integrando un sólido grupo de intelectuales. Jane Bowles dijo de ella que tenía “el encanto irreal de las hadas. ”


París. Ciudad en la que sopesa establecer su residencia habitual opción que finalmente deshecha. Así como Varsovia y Cracovia en Polonia, donde tiene la oportunidad de conocer guiada por su amiga Linka, en un viaje que alarga casi dos meses un país que aquel entonces estaba bajo la esfera del régimen sovietico. 


O de completar su primera gira de conferencias por Estados Unidos, que tenían como escenario los paraninfos de otras tantas universidades. Aventura intelectual que tras muchas dudas finalmente se decidió a realizar, entre otras cosas alentada por la mediación del escritor Ramon J. Sender. Con el que hacía relativamente poco había iniciado una relación epistolar, una de las fecundas de la literatura española del siglo XX. 


La adolescente que quiso ser pintora, la chica rara como se definía. Fue un espíritu nómada, una vagabunda que creyó encontrar la continuación de Nada en las calles taciturnas de Trastevere en Roma. 


Pero es su primer viaje a Italia, en el transcurso del año 1972. En principio una visita en la que tras hospedarse en la casa de una amiga en la localidad de Pescara,  tendría una segunda escala en Roma. Ciudad en la que la escritora sería acogida como una turista más hospedandose en un hotel durante un periodo de ocho días, periodo que tras finalizar la devolvería a España en un vuelo. 

 

Regreso que a última hora no se produjo debido a que la escritora se dirigió al popular barrio de Trastevere donde por aquel entonces residía una de sus hijas. Alojándose sin embargo en casa del matrimonio Aza, que situada en el centro de  Roma, en la elegante Via Leutari. Le permite desplazarse hasta el cercano barrio de Trasteveré. 


Donde por aquel entonces y desde que practicamente se declaró el fin de las hostilidades tras la guerra civil. Vivían exiliados algunos de los más relevantes intelectuales Españoles de la epoca, figuras como Rafael Alberti y María Teresa León, su esposa con los que enseguida congénio. Asistiendo de forma discreta a uno de los mucho encuentros informales, que improvisaban en alguna de las muchas tascas de la zona. 

En primer plano la estatua de Giorgano. Bruno, con una vista parcial de la Piazza de Fiori

Ambiente que sin duda sedujo a la escritora. Quizás entre otras cosas porque el urbanismo que presentaba este característico barrio le recordaba a la película El Ladrón de Bicicletas, film que ella consideraba como el anticipo de lo que posteriormente el neorrealismo italiano. 


Un ambiente caracterizado por una mezcla de bohemia y decadencia que le recordaba al que describía en la calle Aribau de Nada. Y donde además de relacionarse con la filósofa y mistica María Zambrano o el actor Paco Rabal. Laforet creyo encontrar el lugar idóneo en el cual reencontrarse con ella misma como escritora. Reiniciando por enésima los bosquejos de lo que sería la segunda entrega de su citada trilogía Tres pasos fuera del tiempo, cuya continuación, Al volver la esquina, publicó Destino tras su fallecimiento en 2004 y que comenzó con una primera entrega titulada Insolación. A la postre único título que publicó en vida. 


El estado anímico era tan estable que un mes después veía las cosas muy diferentes declarando: «Roma me encantó, Roma me repelió, Roma me ha vuelto a gustar muchísimo», le dice a Sender entusiasmada. O «He encontrado en Roma un ambiente intelectual entre españoles y extranjeros que es el mío. Y amistades constructivas y posibilidades de trabajar en paz. Todo esto quería deciros y que, al fin, después de quemar tantas etapas»

Fachada principal del. Hotel. Portoghesi, que se ha conservado prácticamente desde la época en que se hospedó Laforet 


De esa etapa al final solo nos llegaron algunos relatos como el inacabado Encuentros en el Trastevere, los posteriormente reunidos en un volumen, El Gineceo, Rebelde en carroza. además de Jaque Mate, el título con el que la escritora pensaba concluir su trilogía, y que tras varios bocetos, la historia finalmente iba a estar Inspirada por su instancia en el Trastevere. Y cuyo borrador original conjunto de legajos que guardo la autora en una maleta tras cuya recuperación faltaban perdiéndose (hasta ahora) para siempre. 


En todo caso fueron cinco años en el transcurso de los cuales la escritora encontró al menos en un primer momento cierta estabilidad y sosiego. Siendo el Hotel Portoghesi, un céntrico hotelito de tres estrellas en la estrecha pero encantadora calle de los portugueses, muy cerca de la Piazza Navona donde se instalo dispuesta a vaganbudear por sus calles repletas de gatos. 


Alquilando una habitación de reducidas dimensiones pero agradable, clara y silenciosa en la que puede colocar sus escasos libros y sus revueltos papeles. Impresiones que reunió en una de las muchas cartas que envió a Sender ese mes de febrero de 1973. En la que le dice que eso le había dado ánimos para instalarse en una casa vacía, en la localidad de Castelnuovo di Farfa, en el Lazio. Situada en lo alto de una colina de viñedos, y que estaba escribiendo mucho allí. 


Cómo en muchos otros lugares, en su estancia en Roma la escritora convierte la exploración de la ciudad en una búsqueda de si misma. tratando de esquivar su destino. 


Estancia que se alterna con escapadas a Napoles y Florencia donde se hospeda en el  Castello di Uzzano invitada Margarita Alexandre. Al llegar a Castello di Uzzano (a unos cuarenta kilómetros de Florencia) Alexandre la instaló en una casita ubicada en la entrada de la finca para que estuviera independiente. Castello di Uzzano dispone de una situación privilegiada al estar la pequeña villa de origen renacentista ubicada en un promontorio desde el cual se domina la campiña toscana. Cuyo acceso estaba flanqueado por hileras de cipreses con el adriático al fondo 


Ya de vuelta en Roma fue invitada por Maria zambrano en su casa de Piazza dei Fiori una tarde de marzo de 1973. Un encuentro que por un malentendido fue más breve de lo que hubiera deseado la escritora. Donde pudo admirar la estatua del filósofo  Giorgano Bruno. Cuyo trágico final se produjo un jueves 17 de febrero de 1600 fue quemado vivo en la plaza acusado de herejia. 

 

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Su periodo en Roma se alterno con continuos viajes a España con el propósito de gestionar diferentes trámites con su editorial. En uno de esos regresos ya de vuelta para atender a su hija Silvia, a punto de dar a luz su primer hijo, Liberto (con el tiempo el actor Liberto Rabal). En un primer momento se alojó en casa de Silvia, en un apartamento ubicado en el Trastevere, en el 19 de la calle Viccolo della Penitenza, a la espera de que naciera


Y tras ser acogida de forma momentánea en casa del matrimonio Aza. Pero parece que ha llegado el momento de la paz y de la estabilidad. Ha tomado la decisión de alquilar un apartamento, que a estas alturas tiene el alcance de un refugio, de dos habitaciones y un lindo cuarto de baño en el Trastevere, en el piso superior de una casa de dos plantas, con suelos de madera, calefacción central. El apartamento con vistas a una placita frente al Tíber (la Piazza in Piscinula). Un lugar en el que poder decir «mío», finalmente. Escribe a su «hermana» Linka comunicándole su nueva dirección (Via dell’Arco de Tolomei, 9): «Aquí te pongo mi dirección que al fin es la de mi casa. 

En la parte superior fotografía de Vía Tolomei tomada en 1887, abajo aspecto actual

Época de relativa tranquilidad porque la escritora ya mostraba claros síntomas de que en su fuero interno ya engendraba la necesidad de cambiar de aires.  «No porque Roma no me guste, sino por vivir en otro sitio otro tiempo indefinido. Se ve que nací para vagabunda». Aún así antes de regresar definitivamente a España. Tuvo la oportunidad de entablar una agradable relación con una joven hispanista llamada Giuliana di Febo. Aquella la recibió en su casa de Parioli, un piso luminoso con cristaleras a un jardín particular. O en ocasiones se reunían en la plazoleta que quedaba enfrente de Via Tolomei donde algunos días a la semana instalaban un mercadillo. Allí pasaban horas, tomando café en los alrededores. 


Una de las últimas cosas que hará desde su domicilio romano en Via dell’Arco de Tolomei es escribir al hispanista Gérald Brenan. Confesandole su desazón ante los acontecimientos y circunstancias que le afectan, consternada le explica que está pensando trasladarse a otro lugar, algo que finalmente se produce en 1977. Aunque la escritora tuvo la tentativa de volver en alguna ocasión, finalmente ese reencuentro con la ciudad eterna no se produjo. 



El Art Deco District cuando Miami se convirtió en la ciudad más importante de America

 


Tan sólo evocar la ciudad de Miami a uno le viene a la memoria, playas casi infinitas cubiertas por toallas hasta casi alfombrarla, donde se tienden cuerpos inflados por la testosterona y piel tersa a la par que bronceada. Clubs muy selectos donde se puede ver lo más kitch de la alta sociedad local a la vez que las ultimas tendencias en moda, en los muchos eventos y fiestas que se convocan a lo largo de la ciudad. 


Y con los que posan las mas rutilantes estrellas provenientes de los mas dispares ámbitos del espectro social y cultural de la ciudad. En definitiva que la percepción que tenemos como opinión pública, de lo que es la primera urbe del estado americano de Florida. Es de que los millones de ciudadanos que conforman su población. Es que poco más o menos viven en una burbuja caracterizada por el ocio y el lujo. 


Donde de forma sobresaliente destaca su sentido a veces un tanto grotesco de eso que a mediados del sigo XX se denominó como paradigma de las cualidades de una ciudad, que aspira ha que coronarse como la ciudad más cosmopolita del mundo. A la par, porque no? que superficial. Apelativos a partir de los que se ha construido el relato de esta ciudad donde la temperatura media anual rara vez baja de los veinticuatro grados. 


Y cuyo calor a veces asfixiante es lo primero que tienes muchas posibilidades de percibir como turista cuando recoges tus maletas en la principal terminal del aeropuerto de esta ciudad, a la que tambien se puede acceder por mar atracando en algunos los muelles de su puerto. O por alguna de sus numerosas vías interestatales que la permiten estar conectada con el resto de los Estados Unidos. 


Una ciudad que a pesar de toda su pompa y oropel, y de proyectar una imagen dominada por la frivolidad y de la apariencia. Puede, si excarvas un poquito en su superficie y miras un poco más allá de las bambalinas. Encontrar auténticos tesoros arquitectonicos, conjunto de edificios que a pesar de no presentar una antigüedad que no sobrepasa en casi ningún caso el siglo desde su construcción,  representa en algunos casos un patrimonio de incalculable valor. 


Conocido como The Three on Ocean, estamos en realidad ante tres edificios que representan un ejemplo popular de arquitectura Art Deco con los tonos pasteles más suaves y un diseño simple y elegante. 


Edificios que han logrado conservarse hasta nuestros días prácticamente intactos, basicamente porque sus instalaciones se siguen explotando como lujosos hoteles. Que en muchos casos siguen recibiendo a sus huéspedes. Los cuales tras haber completado el trámite de chick in, tienen la oportunidad de alojarse en habitaciones, cuya decoración y mobiliario. 


Se sigue componiendo de elementos decorativos adscritos a la corriente del Art Deco. Movimiento que tuvo su origen en la decada de los años veinte del siglo pasado, y que tuvo su punto álgido en las décadas in mediaticamente siguientes. Donde eclosión o aplicándose a todo tipo de ámbitos creativos. 


Teniendo en lo que se conoce como el Art District en Miami uno de sus máximos exponentes de este movimiento. Que tuvo la osadía de desafiar cuestionando los más ortodoxos canones esteticos de la época. Revolucionando no solamente la práctica arquitectónica, sino que su influencia estuvo más o menos presente en una diversidad de ámbitos creativos. 


Los edificios en el típico estilo Art Deco presentan motivos exóticos de flora y fauna en el interior, junto con gemas estructurales prominentes, como fuentes geométricas o estatuas. De cuyas fachadas en muchas ocasiones se abren ventanas de ojo de buey y acabados cromados. 



Madurando a partír de una concepción que se basaba en formas minimalistas, cocktail que funcionó perfectamente adaptándose a una época donde la precariedad y abatimiento provocados por los acontecimientos consecuencia de la gran depresión y el crack bulsatil del 29. Habían hecho tambalear los cimientos financieros en Occidente, por lo que creo el caldo de cultivo para corrientes como el Art Deco supusieran un atractivo, para aquellos constructores que querían edificios bonitos y distinguidos a lar par que singulares. 


Pudiendo disfrutar de una diversidad de ejemplos en una superficie relativamente  pequeña terreno situada en el extremo sur en Sun Beach, una franja de tierra, a la que se accede descendiendo desde Miami Beach, peninsula donde se concentra la mayor de los hoteles playeros de la ciudad. Y que esta conectada a través de varios puentes que lo conectan con el Downtown Miami.


Aunque yo te recomendaría acercarte cogiendo alguno de los autobuses de uso público, que te dejarán a los pies de alguno de estos edificios. Que por lo primero que llaman la atención es por no presentar mucha altura, no sumando más cinco o seis plantas como es el caso del edificio que alberga el Hotel Stardust. Un clásico y un de los decanos de la zona. 

El Congress Hotel en realidad ocupa tres edificios. El edificio de la esquina destaca por sus toques náuticos que recuerdan a los grandes cruceros

En realidad el recorrido resulta muy ameno en su totalidad, pudiendo invertir el  tiempo que tú consideres. Esto es debido a que como ya he comentado la mayor de estas construcciones se concentran en unas cuantas calles, que comprenden unas pocas manzanas delimitadas por las tres avenidas principales de esta zona, Ocean Drive, Collins Avenue y Washington Ave.


Además cabe recordar que para los que se despisten, se ha creado un tour perfectamente señalizado que te facilitará la práctica visita a la totalidad de los diseños más sobresalientes los cuales se encuentran en las inmediaciones de Washington Ave. donde podréis admirar, entre otras, las fachadas color pastel del Astor Hotel o la Miami Beach Main Post Office. 


Entrada principal del Art Deco Welcome Center, centro de documentación y exposición sobre el Art Deco


Aunque las mayoría de las joyas de la corona se alinean en una sucesión de construcciones a lo largo Ocean Drive. Considerada la principal vía del distrito, y que al correr paralela a la playa te permitirá recibir la brisa de oceano Atlántico. Mientras admiras Las entradas de los numerosos hoteles que como el Central Hotel, el Colony Hotel, el Waldorf Towers Hotel, Breakwater Hotel, o el Edison Hotel. Por mencionar tan sólo uno cuantos de los muchos que hay. 


A lo largo de esta avenida, edificios que en su mayoría han sido reabiertos en el transcurso de la última dos décadas. Recuperando la función original para los que fueron construidos principalmente entre la década de los años cuarenta y la de los años 70, a partir de los que muchos establecimientos corren desigual suerte, entrando en una etapa decadendencia. 


La mayoría de los edificios han sido restaurados recuperando parte de su vieja gloria y conservan los elementos originales de cuando se erigieron por primera vez.


Poniendo en muchos casos en peligro su estructura lo que hizo temer que pudieran desaparecer, una pérdida que hubiera implicado algo más que sus características singulares, sino las mil historias y efemérides que se  produjeron en el interior de sus habitaciones. Historias protagonizadas en su mayoría por un glosario de estrellas que provenientes de los más diferentes ámbitos socio-culturales. 


Aunque principalmente del mundo del cine, que se alojaban en sus habitaciones entre rodaje y rodaje, buscando el descanso y el confort, que le ofrecia unos establecimientos que contaban con unos servicios de atención al cliente de lujo.  Además de cierto grado de discreción y confidencialidad, anonimato que era imposible mantener en el mediático Hollywood. 


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Epoca rutilante de la que se puede consultar abundante documentación en las instalaciones del Art Deco District Welcome Center. Una visita recomendada y que no tiene pérdida pues la encontrarás a la altura del número 1001 de Ocean Drive. En este caso a ser una institución pública de carácter cultural, sólo podrás entrar en horario diurno. Pero si el tiempo te lo permite yo te recomendaría que contemplarás los edificios por la noche. Al caer el sol las fachadas se iluminan atendiendo a diferentes patrones de color, ofreciendo un espectáculo de vibrantes colores. 


Otras dos direcciones donde podrás apreciar algunas de las no menos emblemáticas muestras de arquitectura Art Deco, que se conservan en la zona son la Collins Avenue, donde están situadas la Haddon Hall, la Exxes House o The Hotel. 


El Art Deco District fue el primer distrito del siglo 20 en ser reconocido por el Registro Nacional de Lugares Históricos, el Distrito Histórico Art Deco de Miami Beach lo forman  más de 800 edificios y estructuras construidas entre 1923 y 1943. 


Edificios que por estar un poco más retirados del bullicio que supone el paseo marítimo, y por lo tanto estar menos concurridos. Se puede decir que si eres lo suficientemente cauto y discreto podrás explorarlos más allá del hall principal. En todo caso el hecho de poder admirar tanto en terminos generales, como poder reparar en algunos de la infinidad de motivos y detalles, que se incorporaban como decoración en los exteriores de los edificios, decoración que en muchos poseían una interpretación simbolica. Ya merece una visita más o menos planificada. 


Fuera de lo que se podría considerar el tour oficial, encontramos la enigmática  Versace Mansion, también conocida como The Villa Casa Casuarina.  Construida a principios de la década de 1930 en estilo renacimiento mediterráneo, la Villa Casa Casuarina fue la antigua casa del diseñador italiano Gianni Versace, quien fue trágicamente asesinado frente a sus escalones en 1997. En la actualidad opera como un hotel boutique de lujo, la propiedad ha conservado las características extravagantes ideadas por Versace, incluida su piscina de azulejos de mosaico forrada en oro de 24 quilates.