Londres es una ciudad con casi dos mil años, lo que la convierte en una de las antiguas de Europa. Una capital que pese haber experimentado un desarrollo urbanístico espectacular en el ultimo cuarto de siglo.
Ha sabido conservar la mayoría de sus señas de identidad por lo que es reconocida en el mundo entero. Para corroborar esta idea el cineasta Simon Smith armado con su cámara, emulo un recorrido realizado en 1.927.
Realizado en aquella ocasión por el fotógrafo Claude Friese-Greene, en lo que representa uno de los primeros documentos videograficos de la ciudad del Tamessi. Titulado The Open Road, se trataba de una pieza que pese a las limitaciones técnicas de la época.
Registraba algunos de los lugares mas emblemáticos de la ciudad, combinandolos con otras localizaciones que habitualmente no forman parte de ninguna guia turística de la ciudad. Lo sorprendente es que en la versión actualizada que podeis ver AQUI, realizada por Simon, el espectador tiene la oportunidad de comprobar.
Como en el paisaje dominado por los cada vez mas numerosos rascacielos, conviven estos colosos arquitectónicos con tipologías mas clásicas en perfecta armonía. Donde las diferencias mas notables se aprecian en las características de los rasgos sociales y sus habitos.
Durante gran parte del siglo XX, Claude Friese-Greene fue conocido por dos cosas: como director de fotografía de las primeras fotos realizadas en color, y por ser el hijo del pionero de la imagen en movimiento Guillermo Friese-Greene. Sin embargo, su reputación póstuma ha aumentado sustancialmente en los últimos años, tras el redescubrimiento, la restauración y las primeras presentaciones públicas de su viaje fotográfico por la Inglaterra de principios del siglo XX The Open Road, un trabajo pionero por su enbergadura que por primera hacia un retrato visual en color mas o menos pormenorizado de una sociedad, su contexto y costumbres.