Si la estructura orgánica más grande del mundo, es la barrera de coral que cruza buena parte del océano Pacífico con más de 3400 kilómetros de largo. Una inmensa muralla cuya magnitud cuesta imaginar, sin cuya existencia la vida ya no solamente posible en el medio marino sino en el conjunto de ecosistemas que conforman el planeta tierra sería inviable.
Y que por lo tanto es inabarcable para cualquier ser humano, sólo estando accesibles tramos muy específicos, para cuya visita ademas se precisa cierta habilidad y experiencia en técnicas de buceo e inmersión. El que se considera a día de hoy el organismo vivo más grande del mundo por el contrario si que presenta unas condiciones de accesibildad relativamente sencillas.
Ya que la ubicación sobre el mapa de los Estados Unidos, más concretamente en el Fishlake National Forest, espacio protegido administrado por el condado de Richfield en el estado Utah, del conocido como el Bosque de Pando, si representa una aventura que en términos logísticos es relativamente facil. Aparte de que la exploración de las 47 hectáreas cuya superficie ocupa una franja vegetal, cuyo primer ejemplar cuya edad se estima que tiene una antigüedad que rondaría los 14000 años.
Provoca en el que explora entre sus senderos acompañado del rumor de los numerosos cursos de agua, que sobre todo en época de lluvias descienden vigorosos y raudos hasta desembocar sus aguas embalsadolas en el lago de Fish Lake. Inundado por una sensación de asombro, a la vez reflexiona sobre la capacidad de la naturaleza y de la evolución para desarrollar formas organicas cuyos diseños tienen la capacidad para adaptarse a casi cualquier circunstancia.
Ya sea climáticamente, geofisicamente, social o de cual otra índole, para no solamente no sucumbir o finalmente desaparecer, sino para resurgir con más vigor e imponerse en el territorio que comparte con una diversidad de especies tanto de origen animal como vegetal. Sorteando innumerables crisis que ha llegado a poneral borde de la extinción a este espacio natural único en nuestro mundo.
En la temporada de otoño, el Pando de abedules pierde sus hojas alfombrando de amarillo el suelo
Y es que esta inmensa forestal compuesta por más de 47000 ejemplares de alamos temblón, presenta un modelo reproductivo por retoños que emergen cada nueva temporada, un patrón muy escasamente visto y del que se desconoce que haya un ciclo similar, por lo menos a gran escala.
Una magnitud que como todo presenta sus pros y sus contras. Lo positivo es que debido a la alta tasa de reproducción. En términos biogeneticos muestra un comportamiento o poll genetico diverso que le permite mantener el equilibrio Hardy Weinberg. La razón hay que buscarla en la distribución alelica que muestra una frecuencia donde se mantiene de forma constante la heterocigotis para el alelo dominante
Distribución alelica que podría variar drasticamente si este bosque ancestral que cuenta con más de 80000 años de antigüedad, hubiera estado sometido a grandes fluctuaciones en el número de individuos. Debido algún tipo de catástrofe natural o a la presencia del ser humano en sus proximidades.
Aunque para ser rigurosos la edad promedio de los troncos de Pando (técnicamente los tallos) es de 130 años, cifra que se constata a través de los anillos del árbol.
Por lo que existe una alta probabilidad de que la población se hubiera reducido drasticamente y por lo tanto su biodiversidad, lo que tendría a su vez una repercusión en la tasa de reproduccion en términos cuantitativos, algo que alterariá la distribución alelica provocando una tendencia a la deriva genética fijándose por homocigosis algunos de los alelos que determinan las cualidades de la especie, modificándola hasta el extremo que pudiera dañar su biodiversidad.
Por el contrario el gran número de retoños que emergen desde las raíces cada primavera suponen un tierno y suculento manjar, para los cada vez más numerosos venados que pastan dentro de un bosque, que en su interior presenta una red de senderos escasamente separados. Lo que facilita el desplazamiento de las manadas.
Que cada vez en mayor número recorren este espacio protegido. Por eso con el objetivo de persevar el ciclo reproductivo evitando la depredacion del máximo de retoños. Las autoridades científicas que estudian sobre el terreno la evolución y estado del Pando.
Con su suave contorno el Pando for miles de ejemplares se comporta como una ola
Han adoptado una serie de medidas conservacióninstas, con las que pretenden reducir los daños provocados a los retoños que luchan por alcanzar los rayos del sol, que tras sortear el andamiaje formado por decenas de miles de ramas hasta alcanzar finalmente el ras del suelo, bañando a la colonias de futuros alamos
Entre esta batería de propuestas experimentales quizás las más eficaz, y por lo tanto a través de la que se obteniendo mejores resultados es la que consiste en parcelar aquellas áreas especificas. Donde los equipos de biólogos observan una mayor aparición de embriones de abedul.
Para proceder a renglón seguido a su acotación, tarea que consiste en levantar vallas sobre estas parcelas. Solución quizás un poco aparatosa e invasiva, pero que su práctica se está mostrando eficaz, en el cometido de proteger a las comunidades que formadas por cientos de álamos jóvenes tratan de sobrevivir.
Alimentados por una misma raíz los álamos del Pando adoptan aires de familia
Y por otra parte engordar en términos del peso que en muestras recientes, se estima que ha sobrepasado las 6600 toneladas. Cifra que de seguir así, por una parte garantizaría la viabilidad de este paraje y los microhabitats que lo componen. Y por otra parte le permitiría recuperar el primer puesto como organismo más pesado del mundo.
Privilegiada posición que tuvo que ceder en favor de otra maravilla natural que situada no muy lejos de allí en el estado de Oregon, está formado por cientos de estelas fungicas. Un volumen tan voluminoso que sin embargo a pesar de tener una antigüedad estimada de 2400 años ha pasado prácticamente desapercibido a los ojos del ser humano.
Todos y cada uno de los álamos que forman parte del Pando, han germinado por clonacion desde una raíz ancestral, lo que le que le convierte en la comunidad de ejemplares idénticos más extensa del mundo.
Cónocido cómo Armillaria ostoyae, se trata de un hongo inmenso que ha caracterizado todo un espacio natural de incalculable valor ecológico hasta apropiarse de su identidad, que se encuentra como ya hemos mencionado en Oregon, más concretamente pertenece al Bosque Nacional de Malheur.
Record que no pasa de ser una anécdota, pues el Pando en términos de superficie ocupa un territorio considerable menor, pues ya que el volumen del hongo que podemos visitar en Oregon abarca la nada despreciable cifra de 2400 hectáreas. Cifra que se encuentra muy por encima de este otro coloso de la naturaleza.
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Que domina paisajisticamente está pequeña porción de tierra, vista cuya contemplación por sí sola, ya supone un reto que desborda todos y cada uno de los sentidos de cualquier viajero que con espíritu aventurero se acerque a sus inmediaciónes. Pero que cobra más valor si cabe si llegamos a conocer todas y cada una de sus peculiaridades.
O mejor a deducirlas a partir de conjeturas más o menos acertadas, de cómo la incomparable belleza natural que se abre perdiéndose en la línea del horizonte. Es producto no sólo de la evolución sino del trabajo conjunto de quizas millones ejemplares cuyos tallos tras germinar de la tierra, maduraron y envejecieron dejando en herencia su legado, el cual compartieron de forma generosa con sus descendientes, con el objetivo de crear una unidad a partir de la que garantizar la biodiversidad y por lo tanto su futuro.