¿por qué y cómo se acerca al corazón del hombre?
Nos habla, intenta hablarnos,
porque en su esencia pura y misteriosa,
junto a las más hermosas melodías,
alberga todas, todas las palabras
como semilla o polen
e incesante nos da ciento por uno.
A cada ser humano se dirige
en su lenguaje propio;
sabe bien el idioma de cualquiera
que abra el oído y deje que penetren
por allí sus canciones
hasta las lobregueces irredentas
y ateridas del alma.
En cuántas ocasiones me he visto en la desdicha
por negarme a escuchar lo que sus labios
inequívocamente pretendían decirme.
Qué confundido estaba.
La juventud ofusca y con frecuencia mueve
de incomprensible modo a quien la ostenta
hacia el dolor y la melancolía,
la oscuridad y la perplejidad.
No distinguía el hombre que yo he sido
ni entre el negro y el blanco;
lo que en la gracia crece y fulge y salva,
de lo que enturbia el ojo.
Pero ya no me engaño, y te discierno,
suave o vibrante, arrebatada o dulce,
irresistible y mágica alegría.
Nací para la luz, con buena estrella.
Y aunque me hayas faltado tantas veces,
aunque un día me faltes,
desde la fe y el sueño
te proclamo señora de mi vida,
de mi casa y los míos,
la más cierta verdad de las verdades.
Y sabiendo de ti tan sin ninguna duda,
tan desde luego y siempre,
afirmo emocionado y entregado:
«Lo que dispongas quiero, digo, soy».
Extraído de su ultimo poemario Sueño del origen editado por TusQuest