Gonzalo Garcés/Los impacientes

Hasta cumplir los 18 uno/a cree por defecto en los milagros o se instala en el lado de los que creen en las utopías, a partir de tan simbólica edad uno/a comienza a percatarse de que en el mejor de los casos lo que le quedan son posibilidades, a medida que se consume la llama de la juventud y los días sucumben a las noches, la ansiedad por lo que deparara el futuro según en que casos puede casos estragos. Tres amigos que terminaron en trio nos relata mediante una crónica por momentos mas cercana al psicoanálisis que a la experiencia, cuales fueron las circunstancias, causas y equívocos que les llevaron a tomar determinadas decisiones, por las que siempre hay damnificados. En este caso el purgatorio donde se pretenden expiar todas las culpas mediante una confesión es la sala de espera de un hospital donde uno de ellos esta ingresado con un pronostico reservado. 

Y ahora es imperativo, dada la rapidez creciente de tales acontecimientos, que intentemos un resumen. Lo hemos señalado antes el hecho de que, desde su triunfo a fines del pasado siglo, la concepción materialista hubiese aumentado sin precedentes la conciencia de la muerte, es tema de una vasta literatura. Que dicha conciencia nos condena a una esencial e impiadosa soledad, casi cualquier individuo puede constatarlo por si mismo. Asimismo la ausencia de Dios, en lo que a la soledad se refiere, no debe desdeñarse en un estudio serio. En efecto, uno de los anhelos menos reconocidos en la época de Mila fue el de comunión...

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