Una historia donde recurriendo al movimiento continuo nos narra de forma muy sintetizada, casi catorce millones años de vida del Universo. Para los más ortodoxos del arte urbano su planteamiento parecera algo pretencioso.
Tener la pretension de condensar abarcando un intervalo de tiempo casi inmemorial, en tan escaso metraje puede resultar una empresa herculea. Pero si lo piensas no es mas complicado que algo tan elemental como el tratar de describir a grandes rasgo ese épico relato.
Con casi diez minutos el corto lo podéis ver AQUI, se trata de una stop-motion, poblada por seres como una medusa que está representada por una bolsa de plástico aparentemente moviéndose en el aire. Un cangrejo que reúne una bola de basura que se vuelve enorme.
Una furgoneta abandonada que experimenta una metamorfosis y actúa como un camaleón, mientras y paralelamente se recrea toda una furgoneta siendo pintada una y otra vez. Al mismo tiempo, que esto está sucediendo en el espacio público los peatones vagan por los cuadros de stop-motion.