Aunque no es muy habitual todavía que artistas urbanos participen en proyectos audivisuales como puedan ser cortos animados. Si existen en la hemoreteca algunos ilustres que han hecho algunos trabajos modestos pero meritorios.
Tan escasos antecedentes quizás sean debidos a que los artistas urbanos, a pesar de que siempre que se dan las circunstancias participan y se comprometen con proyectos colectivos. Si muestran más reparos a colaborar en propuestas de otros ámbitos creativos.
Que aunque si puedan parecer en principio reunir las habilidades para poder abordarlos, en el fondo suponen un hándicap el hecho de tener que renunciar a trabajar en el espacio publico, siendo este su territorio de trabajo predilecto.
Donde por convención y propiedades ellos, los artistas urbanos han demostrado que se suelen sentir más comodos en términos creativos. Una de estas raras excepciones es el artista urbano italiano BLU, uno de los máximos exponentes del Street Art transalpino en la actualidad.
Y que ha participado en el proyecto titulado Combo, una performance animada que podéis ver AQUI. Realizada en colaboración con el artista David Ellise. Una experiencia cuyo resultado artístico y estético ha sido realmente sugestivo de cara al espectador.
Pues aparte de tratarse de un trabajo singular en términos visuales, en cuya ejecucion han combinado su talento para ofrecernos una historia conjunta. Que no deja de ser el resultado de un dialogo creativo producto de lenguajes narrativos, que aunque no se puedan valorar como diametralmente opuestos.
Si presentan matices y por lo tanto mecanismos artísticos cuyas técnicas si difieren a la hora de acometer en el plano tecnico, la planificación y realización de una obra determinada. Por eso tuvieron un encuentro previo al trabajo en el que tras mucho dialogar y contrastar una diversidad de ideas.
Han seleccionado primero el lugar en donde se filmaria buena parte del material que se usaría en el montaje final de este sorprendente e inusual corto de animación, que navega entre lo bizarro y lo lúdico contando con altas dosis de ironía en su puesta en escena.
Un lugar que sino recuerdo mal eran los restos de lo que podría ser un palacete abandonado, a cuyos edificios decrépitos se trasladan dos amigos para convertirlo en un set improvisado en el cual ruedan una sesión de graffiti que se percibe y espontanea.
Tratándose en realidad de una colección de imágenes que han sido dotadas de movimiento posteriormente en el estudio, siendo el resultado de un arduo y elaborado trabajo de post-produccion. Imagenes en las que el espectador puede identificar muchos de los elementos plásticos y conceptuales que definen la trayectoria de ambos artistas a lo largo de sus dilatadas carreras.
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