Como negro búho disuelto en la oscuridad, observo deslizarse la tierra en el espacio milimétricamente bajo el cielo lunar.
Siento cómo arrastra mi vida hacia delante, trigonométricamente, entre una inmensidad de planetas encendidos, que vuelan sobre el bosque donde vivo, según matemático azar.
Todo palpita nocturnamente con su propio ritmo y dirección. Fluye la materia, abriendo sus electrónicos nudos, volviéndose sueño y consciencia, respiración.
Testigo de mi instante en esta encrucijada de microscópicos circuitos, siento que me reconozco y soy. Observo mi paisaje interior y lo identifico como mío.
Observo deslizarse la tierra en el espacio. Late la oscuridad y tengo miedo, disuelto como estoy en lo más negro y ciego.