The Experimental City, el sueño utópico de dos genios que se adelanto a su época.


Antes de que Internet fuera una realidad cotidiana, de que Google presentara su coche autónomo, de que la ciudad sostenible de Masdar diseñada por Norman Foster en mitad del desierto maravillara al mundo o de que era dominada por el algoritmo y el big data transforme para siempre el mundo tal como lo conocemos.

Ya existían visionarios que estuvieron a punto de realizar el sueño de a partir de un diseño futurista basado en principios sostenibles, donde la prosperidad de sus habitantes no implicaba necesariamente entrar en conflicto con los diferentes ecosistemas naturales con los que compartia su espacio.

Construir una ciudad desde sus cimientos cuya gestión y administracción obedeciera a parámetros de convivencia flexibles, atendiendo a criterios sociales y económicos simétricos donde conceptos como los de la diversidad y multiculturalidad versus globalización todavía se perfilaban como bocetos de lo que en un futuro no muy lejano seria la sinergia sobre las que comúnmente nos relacionamos hoy en día.


UNA RED DE DOMES PARA LA ATENCIÓN Y CONFORT DE SUS CIUDADANOS
 
Esta ciudad cuya urbanización en una primera fase cubriría una superficie de 24.000 hectáreas, de lo que antaño fue lo que se conoce como un trail (ruta migratoria a través de las que las diferentes tribus indias se trasladaban de un lugar a otro), 

Contaria con una población estable que alcanzaría los 250.000 habitantes en el momento en el que se completaran las diferentes fases del proyecto. Cuyo diseño seria producto de la visión de dos mentes privilegiadas adelantadas a su tiempo.

La primera la del arquitecto Buckminster Fuller, creador arquitectónico del concepto dome, y  del cual hemos hablado en diferentes ocasiones, por lo que aquellos que seguís habitualmente el blog ya deberiais conocerlo

 
Y cuya máxima contribución a The Experimental City. Seria la creación de una red formada por domes a través de los que se gestionaria desde un punto de vista racional y eficiente apartados como; el cableado eléctrico, el alcantarillado, el mobiliario publico donde el protagonista serian los flujos de información que se serviría a través de grandes pantallas de vídeo, la gestión del trafico de vehículos autónomos que circularían a través de railes y que serian de uso colectivo, el alumbrado publico inteligente precursor de lo que hoy conocemos como la smart city.

Y asi un largo etcetera de actuaciones cuyo objetivo contribuir a crear un entorno de convivencia confortable, la otra gran piedra angular sobre la que giraba esta gran proyecto urbanístico cuyo presupuesto desorbitado ascendería a mas de 10.000 millones de dolares (de la época los años 60´s del Siglo XX)

Cuya financiación correria a cargo de un consorcio compartido por una iniciativa publico-privada, convirtiendose en el talón de Aquiles del gran sueño responde al nombre de Athelstan Spilhaus, un inmigrante Sudafricano.

UNA CIUDAD TECNIFICADA Y VERSATIL

Que tras obtener la nacionalidad Americana en 1946 y completar su formación en el MIT de Massachusetts, trabajo en diferentes áreas tecnicas como la meteorología, la oceanografía o la geofísica a lo que hay que añadir su actividad en ámbitos creativos como la ilustración de comics.

Habilidad en la que destacaba y gracias a la cual hoy en dia podemos imaginarnos como hubiera sido este incipiente embrion de urbaneering, sofisticado termino que se ha covertido en tendencia hoy. A través de los miles de dibujos que de forma minuciosa reflejaba todas y cada una de las urbanizaciones, infraestructuras y equipamientos que se construirían a las afueras de la ciudad de Swatara localidad perteneciente al estado Americano de Minnesota.

Y cuya dimensión modular concepto constructivo que llamo la atención del Lyndon B. Johnson, sucesor en el cargo de presidente de los Estados Unidos del mismisimo John F. Kennedy.  Y que se apoya en el termino de comfortometer, acuñado por Athelstan Spilhaus y con el que su autor establecio un nuevo estándar que media la calidad de vida de la clase media Americana.

Una clase media que por fin tras superar las secuelas de la gran depresión y la II Guerra Mundial podía ver colmadas sus aspiraciones de prosperar y sentirse orgullosa de su país. Cambios sociológicos  que Athelstan Spilhaus supo interpretar, y que ha servido para que el director de la aclamada The Pruitt-Igoe Myth (2011),  Chad Freidrichs estrenara en 2017 el documental titulado The Experimental City, a traves del que se relata en imagenes esta fascinante epopeya de la arquitectura y el urbanismo.

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 Digno legado en imagenes a traves del que podemos asomarnos y conocer la fascinante historia de un megaproyecto urbanístico producto de combinar la tecnologia y las aspiraciones de crear una sociedad retrofuturista basada en el confort, y la vida y obra de sus dos principales artifices Atheistan Spilhaus y Buckminster Fuller.


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