Presentadas como las delicadas piezas pertenecientes a un refinado servicio de te ingles. Las reproduciones elaboradas en porcelana de Porcelain War Museum representan un pequeño arsenal.
Una colección de armas que describen las vivencias de su autor en un viaje que tuvo la oportunidad de realizar en 1.995, por una serie de localizaciones de las muchas de las área de batalla que hubo durante el conflicto de los balcanes.
Escenas de la guerra que se produjeron en suelo de la extinta Yugoslavia. Siendo testigo de las secuelas de muchas de las atrocidades cometidas durante el conflicto de los balcanes, quedando indelebles en su memoria.
De formación autodidacta el artista Charles Krafft realiza un ejercicio de catarsis utilizando el arte como terapia, mediante el que rinde homenaje a las victimas y realiza una critica con transfondo antimilitarista.
La porcelanas cristalizadas se le han añadido fragmentos de huesos humanos reciclados. Decoradas con filigranas que describen de forma sucinta escenas bélicas y simbología militar tratadas con técnicas artesanales.
Las piezas impactan por su mensaje implícito y por el origen de los materiales con los que esta realizado. Suponiendo un alegato y arte activista contra el sinsentido y los horrores de las guerras.
Krafft nació en Seattle en 1947, y creció cerca de la Museo de Arte de Seattle, que frecuentaba, lo que llevó a su interés inicial por el arte. En su adolescencia, se interesó en los escritos de Jack Kerouac.
En febrero de 2013, se publicó un artículo en el semanario alternativo The Stranger que detallaba la participación de Krafft en foros nacionalistas y su Negación del Holocausto. Esto llevó a una gran controversia en el mundo del arte, en el que el uso ocasional de Krafft de la esvástica, e imágenes relacionadas con la Segunda Guerra Mundial, siempre había sido percibido como "oscuramente irónico".