Como en el caso del proyecto del diseñador Roger Moliner que tras un largo periodo de plantificación ha presentado Bios Urn. Que no es otra cosa que la posibilidad de adaptar el diseño de las ánforas que se utilizan para conservar los restos de las cenizas de nuestros fallecidos.
Añadiéndoles un modulo al cual se ha incorporado una especie de incubadora con semillas, que permite ser cultivado en cualquier lugar que reuna unas mínimas condiciones orgánica. Que permita su germinación y posterior crecimiento de un árbol en el emplazamiento.
Inspirado por un acto protagonizado por su madre y en el que intervino un pajarillo que falleció en la palma de la mano, en el momento que estaba repoblando su jardín. Roger se le ocurrió diseñar una urna biodegradable que además de servir como morada para el descanso de nuestros seres queridos, tuviera la propiedad de germinar una nueva vida.
Inspirado por un acto protagonizado por su madre y en el que intervino un pajarillo que falleció en la palma de la mano en el momento que estaba repoblando su jardín. Roger se le ocurrió diseñar una urna biodegradable que además de servir como morada para el descanso de nuestros seres queridos, tuviera la propiedad de germinar una nueva vida.
Que se ha elegido para formalizar el duelo por el que el cuerpo del fallecido, lugar de culto desde el que emprende su último viaje para reencontrarse con la naturaleza. Que en algún instante precedente le concedió la bendición de la vida. Con este gesto se permitiría repoblar áreas enteras que han sido deforestdas debido a la actividad humana.
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