No es muy usual poder internarse por el recorrido de un laberinto realizado a escala humana instalado en un espacio cerrado. Y tratar de encontrar la salida sin perderse, una ardua empresa sino cuentas con unas habilidades que te garanticen orientarte con exito.
Máxime si tenemos en cuenta de que se trata de un dédalo de grandes dimensiones y que su diseño es obra de uno de los arquitectos más precoces y creativos de su generación como es el arquitecto Bjarke Ingels. Por lo tanto habrá que sopesar si estamos a la altura del desafío que nos disponemos a asumir, pues se trata en principio de una experiencia lúdica.
Que sin embargo puede hacernos cuestionar la magnitud de nuestras habilidades geo-espaciales y nuestra intuición para guiarnos dejándonos llevar únicamente por los muchos o pocos conocimientos acerca de buscar referencias sobre el terrenos que nos garanticen llegar a nuestro destino con éxito y de forma satisfactoria.
Diseñado por el estudio de arquitectura danés BIG, se trata de un proyecto encargado por el National Building Museum de Washington. El diseño consiste básicamente en un laberinto de planta cuadricular que dispone de dos accesos a través de los comenzar un recorrido que se inspira en lo de los laberintos tradicionales.
Fabricado de forma casi artesanal, en la construccion de Big Maze se emplearon secciones laminadas en madera elaborada a partir de una variante de la especie arbolea del abedul báltico. De carácter inmersivo en su punto más bajo situado en el centro se obtiene una vista 360º de la totalidad del laberinto.
En total las paredes que trazan el recorrido de cada calle de laberinto alcanza una altura de hasta cinco metros, presentando una anchura de cerca de veinti y un metros de ancho por otros tanto de largo. El diseño se planifico en función de que los usuario no contarán con muchos reparos a la hora de penetra en el.
Por lo que Big Maze presenta una dificultad media según sus creadores. Que se han inspirado en los diseños de los laberintos creados al aire libre, durante los siglo XVII y XVIII, cuya materia prima de origen vegetal estaba confeccionada por hileras interminables de setos.
Big Maze que se podrá visitar y recorrer desde el cuatro de Junio y el uno de Septiembre de este año, estando instalado en el gran atrio del edificio central del museo. Creada de forma cóncava desde las paredes exteriores hasta el interior. El intrépido aventurero tiene la ventaja de visualizar los diferentes trazados, lo que le facilita el poder aplicar la mejor estrategia para llegar al centro del laberinto.
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