En la cita con la que nos da la bienvenida a su sitio web y por lo tanto a su partícular universo "we are all inmigrantes", el artista italiano PixelPancho, nacido en Turín en 1984. Ya supone toda una declaración de intenciones y principios.
Que aplica tanto en el ambito creativo como conceptual y que se puede observar de formas mas enfatica en sus actuaciones en el ambito publico. Mas concretamente en su serie dedicada al famoso personaje de la literatura juvenil Pinocho, cuento inmortal escrito por Carlo Collodi, y que nos relata la odisea de un padre por resucitar a su hijo.
Cyborg urbanos que son una combinación de Pinocho y los robots destartalados que aparecían en la película Inteligencia Artificial. No poseen grandes habilidades ni son funcionales, pero irradian humanidad, en ninguna circunstancia los programárias para realizar una de las muchas tareas de las que se supone, que son capaces de realizar, pero si mantendrías largas y sesudas conversaciones.
Introducido en la practica artistica por su abuelo, que pintaba ocasionalmente. Con el tiempo, su pasión por el arte y el diseño le llevó a la Academia Albertina de Bellas Artes, seguida por la Academia de Bellas Artes de Valencia, España, donde obtuvo su título. Durante ese tiempo, se familiarizó con las escenas de graffiti y arte callejero. Influenciado por este mundo, comenzó a usar latas de aerosol y marcadores y a trabajar en superficies exteriores.
Aquí hemos seleccionado su trabajo realizado en el espacio publico, pero en su porfolio personal puedes descubrir su faceta como escultor y su amplia muestra de pintura, que son una continuación de lo que realiza en el espacio publico, pero mas elaborado.
El trabajo de Pixelpancho presenta una amplia gama de influencias. Entre las que se podrían citar a figurativos como Joaquín Sorolla, o edl surrealista Salvador Dalí. Tambien se ha declarado seguidor de el grupo de pintores políticos afincadas en la ciudad española de "El Equipo Crónica" o los más como son Ron Inglés, y Takashi Murakami. La narrativa de la obra de Pixelpancho está impulsada por un mundo olvidado que se descubre bajo una manta de polvo. En él podemos encontrar robots rotos y abollados que se descomponen en el suelo, sus cuerpos de hierro y cobre oxidado instalados en el olvido nos habla de la memoria y de la resistencia ha desaparecer.