Una de estas excepciones en esta practica nociva se encuentra en Copenhague, ciudad ganada gradualmente al mar y que debido a la escasez de parcelas urbanizables, ha tenido que recurrir al ingenio.
Para rentabilizar sus recursos al máximo incluyendo el del que hasta hace relativamente se consideraba su peor enemigo el bajo nivel del agua, que han conseguido integrar en su paisaje urbano convirtiéndolo en un aliado.
En un "terreno fertil" a partir del que generar actividad en el espacio publico, sin por ello verse obligados a terraformar alterando su ecosistema. Como en el caso del proyecto Nine Islands, iniciativa puesta en marcha en el inicio de este 2018, y con las que sus responsables pretenden construir nueve plataformas flotantes.
Todas y cada una de las nueve islas tendrán unas dimensiones y usos específicos dependiendo de la actividad que se le desea dar. Estas unidades flotantes instaladas sobre las aguas de la esclusa Slusen, cuya fecha de construcción data de 1901.
Nine Islands es un proyecto socio-económico de diseño sostenible y publico compuesto por nueve islas artificiales, que se gestionan como un organismo autónomo con capacidad para adaptarse a un entorno social muy activo, rico y variado.
Se caracterizan por su versatilidad y facilidad de desplazamiento, lo que según sus diseñadores los arquitectos Marshall Blecher y Magnus Maarbjerg del estudio Fokstrot, permitirá que se puedan disponer sobre el espacio ensamblándose como si fueran las piezas de un puzzle en función de la magnitud del evento.
UN PARQUE EN EL LAGO CONSTRUIDO COMO UN PUZZLE
Introductores del concepto Parkipelago (Parque en el lago), cuyo objetivo pasa por crear soluciones modulares que contemplen diferentes escenarios, atendiendo a criterios estacionales, sociales o los relacionados con el clima.
Otro punto a tener muy en cuenta es la viabilidad económica del proyecto, aunque se trata de una iniciativa incubada dentro de los parámetros de la esfera publica, sus promotores se han propuesto crear una actividad que genere un beneficio económico a partir de la concesión de derechos sobre la expoliación de cada plataforma.
Que permitan rentabilizar su uso por parte de entidades privadas o sociales cuya labor se oriente al sector servicios, de ocio o que este relacionado con la gestión del medio ambiente en el entorno urbano.
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