Para la edición del numero 50 de la publicacion en formato panorámico, dedicada al arte contemporáneo le point d'ironie, sus editores recuperan a uno de sus artistas fetiche Christian Boltanski, y que mejor forma de hacerlo que mediante la ultima mega instalación titulada Personnes (personas).
Se trata de una obra audiovisual que explora el individuo, su identidad y la relación que establece con la memoria o desmemoria a lo largo de su existencia. Exhibida por primera en el Grand Palais de París con motivo de la ultima edición del Monumenta, su mensaje universal ha propiciado que sea programada en distintos espacios expositivos a lo largo de 2.010.
Donde ha hecho escala como en el Armory Park Avenue de Nueva York con el titulo de No Mand s Land, al que le ha seguido la ultima que se ha realizado en Hangar Bicocca de Milán. En el que la instalación fue objeto de una acción denominada dispersión y que consistió en que el publico asistente, se le invito a desmontarla y llevarse los diferentes elementos que la componía.
Los fardos de ropa se distribuyen sobre el suelo en un esquema compuesto por cuadriculas en series perfectamente alineadas, a los pies de un pirámide donde una grúa deposita en un ciclo infinito mas toneladas de trapos. De fondo como banda sonora se oyen sonidos repetitivos que hacen referencia a un entorno industrial.
El visitante esta ante un escenario en el que comienza andar entre las aglomeraciones de ropa por inercia, atraído por el elemento central de la exposición, que sin dejar de observarle le guia a su centro donde conmocionado ante su simbología palidece convertido en masa, como todos, como nadie, en el todo, en la nada. Disperso.
oltanski nació en París el 6 de septiembre de 1944. Su padre, Stephen Alexander Boltanski, médico, era judío y había venido a Francia desde Rusia, mientras que Marie-Elise Ilari-Guérin, su madre católica Córcega, descendía de judíos ucranianos. Su herencia judía fue una gran influencia en la casa de Boltanski. Durante Segunda Guerra Mundial, mientras vivía en París, su padre escapó de la deportación escondiéndose en un espacio bajo las tablas del piso de la familia durante un año y medio. Christian creció en esta atmosfera presidida por el recelo de los demas. Estas experiencias influirían en su obra de arte más adelante abandonando la escuela a los 12 años.