Situada en una finca abierta a la calle rodeada de vegetación y setos, la obligación de respetar la integridad de la estructura original del edificio, provoco que se optara por una solución que ocupara parte de la parcela exterior para construir la Centro Cultural Elena Garro.
Creando un cubo de hormigón que define metricamente el edificio ocultando la fachada original en un segundo plano, y permitiendo la visualización de los estantes dedicados a catalogar los 20.000 libros que forman parte del índice de la colección de la biblioteca y los puestos de venta de la librería, mediante una gran cristalera que ocupa la totalidad de la fachada.
Realizada en una sola planta se ha respetado los arboles centenarios, abriendo oquedades en la cubierta del edificio añadido. Desde el exterior del edificio se percibe como un gran vestíbulo público donde los libros, la vegetación y la fachada de la mansión se exhiben, sirviendo como preámbulo para el resto del equipamiento cultural.
Desde el exterior del edificio se percibe como un gran vestíbulo público donde los libros, la vegetación y la fachada de la mansión se exhiben, sirviendo como preámbulo para el resto de las instalaciones a las que se accede por una rampa con una pendiente leve que permite el acceso de todo tipo de publico.