Inspirado por Marcel Dunchamp, el diseñador italiano Nicola Bolla utiliza como materia prima de sus esculturas el cristal, una diversidad de objetos de uso cotidiano. Con los que crea reproducciones de objetos tan míticos y a la vez tan siniestros.
Como el ¨celebre¨ rifle de asalto AK-47. En este caso el material para su creacion es más refinado pués está hecho enteramente con cristales de Swarovsk.
En otra pieza titulada Restos de un Osario se trata de un cofre con calaveras en la tapa, cuya visión te remite inmediatamente a la obra del siempre artista excentrico Damian Hirst. Obras con las que ofrece una narrativa en el que hace referencia a contextos violentos, tales como batallas o epidemias.
Un enfoque directo y desafiante a las ideas sobre la existencia. Su trabajo pone en tela de juicio nuestra conducta y sus motivaciones. Además de nuestras convicciones acerca de los límites que el deseo y el miedo nos limita.