Cada generación tiene sus fotógrafos, aquellos que mas fielmente han sabido capturar las emociones y el espíritu que les ha tocado vivir. La primera generación de este siglo XXI se define por el alto grado de incertidumbre en el que se encuentran, una apatía que compensan hiperestimulados por el marketing al que les somete continuamente el mercado de consumo, la era digital y sus estándares tecnologicos y el deseo de no envejecer demasiado deprisa.
El fotógrafo francés Théo Gosselinse centra en sus amigos, sus alrededores y las personas que experimentan ese mundo. Hay una hermosa elegancia, juguetón con los momentos que captura, que transmiten una serie de emociones como la felicidad, la emoción, una quietud cotidiana, y la soledad. Gosselin es capaz con sus imágenes que los espectadores a menudo se olviden de la presencia de la cámara y experimenten una respuesta emocional a la comodidad sincera de cada sujeto dentro de la escena de la que son testigos.