Cada generación tiene sus fotógrafos, aquellos que mas fielmente han sabido capturar las emociones y el espíritu que les ha tocado vivir. La primera generación de este siglo XXI se define por el alto grado de incertidumbre en el que se encuentran.
Desconcierto sobre un futuro incierto que les causa una apatía casi nihilista, que compensan debido a un grado de sobreestimulacion por parte de un entorno mediatico, hiperestimulado (a su vez) por unas campañas de marketing.
Tan sutiles como sofitiscadas como cada vez mas elaboradas a las que les somete continuamente desde el mercado de consumo, la era digital y sus estándares tecnologicos. Diezmando sino anulando directamente su espiritu critico.
El fotógrafo francés Théo Gosselinse centra en sus amigos, sus alrededores socio-afectivos y las personas que experimentan ese mundo. Hay una hermosa elegancia en cada instante que captura casi de forma furtiva y envuelto en una atmosfera que transmite cierto de grado de nostalgia.
Gosselin es capaz de ofrecerte un analisis social con sus imágenes, que los espectadores a menudo se olviden de la presencia de la cámara y experimenten una respuesta emocional a la comodidad sincera de cada sujeto dentro de la escena de la que son testigos desnudos.
Como si en fondo fueran conscientes de que la culpa les va alcanzar, no porque liberen su espiritu hedonista. Sino porque no van a tener la capacidad de transformar una realidad que se les escapa, Por lo que las fotografias de Theo son tan juguetónas con los momentos que captura, que transmiten una serie de emociones como la felicidad, la emoción, una quietud cotidiana, y la soledad. Como un tanto tramposas pues no dejas de experimentar, la ingravidez de que los momentos que retrata y su ambiguedad efimera, camuflan una euforia que les consume a sus "protagonistas".