El surrealismo como genero artístico que abarca a estas alturas más de cien año de historias, permite que se puedan realizar múltiples y variadas interpretaciones de una misma realidad, vivencia, experiencia.
Ya sea en formato plástico, siendo lo más habitual o aplicando la optica fotografía, práctica cada vez más extendida. En buena parte al desarrollo de técnicas y sobretodo de todo tipo de aplicaciones relacionadas con el retoque de imagenes.
Combinación de factores que ha supuesto una eclosión creativa, debida a la que han proliferado toda una nueva generación de fotografos. Que guiados por una diversidad de motivaciones han explorado las casi infinitas posibilidades que te ofrece un concepto como el surrealismo aplicado a la fotografia.
En este sentido uno de los artistas más destacados es sin duda el artista con base en el Reino Unido Philip Mackay. Que nos sumerge en un universo donde la distancia con los elementos y objetos formales crean tensiones en escenarios donde el significado de la amplitud de criterios formula interrogantes sobre los que se esta contemplando.
Realizadas con herramientas digitales, sus trabajos logran transmitir atmósferas donde la gama de colores empezando por el gris ceniza del cielo y los tonos plomizos evocan emociones serenas que conducen a un estado de quietud y reflexión. En otras obras sin embargo es evidente la influencia de autores tan reconocidos como René Magritte. Esta inspiración se observa en aquellos lienzos, en los que el protagonista es un mismo individuo retratado en una diversidad de situaciones, unas más irónicas y otras más domesticas, pero siempre en una fase de transición entre dos lugares.