Los cerebros de personas autistas se desarrollan más lentamente que los cerebros sanos

El autismo se cree que afecta a uno de cada 110 niños en los EE.UU., y muchos expertos creen que estás cifras pueden estar aumentando. A pesar de su prevalencia, se sabe poco sobre la enfermedad y sus causas, no existiendo a día de hoy un tratamiento ni mucho menos una estrategia que conduzca a su curación. Por eso son tan importantes los resultados que revelan el estudio realizado por investigadores pertenecientes a la universidad de Ucla (Estados Unidos), que han descubierto una posible explicación por la qué los niños autistas actúan y piensan de manera diferente que sus compañeros. Por primera vez, han demostrado que las conexiones entre las regiones del cerebro implicadas en el funcionamiento del lenguaje y las habilidades sociales se desarrollan más lentamente en los niños con autismo que en los niños no autistas. 

Publicado en la edición digital de publicacion Human Brain Mapping, su autor principal  Jennifer G. Levitt, profesor de psiquiatría en el Instituto Semel para la Neurociencia y Comportamiento Humano de UCLA  y Xua Hua, investigador postdoctoral de UCLA y sus colegas determinaron un crecimiento menor en determinadas áreas del cerebro implicadas en el deterioro social, los déficits de comunicación y en comportamientos repetitivos que caracterizan el autismo. 



Normalmente,  el cerebro de los niños en su transito de la infancia a la adolescencia, sufre cambios importantes. Este proceso altamente dinámico depende de la creación de nuevas conexiones, en la conocida como materia blanca, y la eliminación, o la "poda" de las células cerebrales sobrantes denominadas materia gris. Como resultado, nuestros cerebros funcionan de la manera más eficiente, siendo capaces de adquirir una mejor comprension del mundo que nos rodea. Aunque la mayoría de los niños con autismo son diagnosticados antes de los 3 años de edad, este nuevo estudio sugiere que los retrasos en el desarrollo del cerebro continúan en la adolescencia. 


Dado que el cerebro de un niño con autismo se desarrolla más lentamente durante este período crítico de la vida, estos niños pueden tener un momento especialmente difícil  luchando por establecer la identidad personal, desarrollando la interacción social y perfeccionando las habilidades emocionales. Este nuevo conocimiento puede ayudar a explicar algunos de los síntomas del autismo y podría mejorar las opciones futuras de tratamiento.

Los investigadores utilizaron un tipo de escáner de imágenes cerebrales llamado resonancia magnética ponderada en T1, pudiendo analizar los cambios estructurales en el desarrollo del cerebro. Para estudiar cómo el cerebro de los niños con autismo han cambiado con el tiempo, se escanearon a 13 niños diagnosticados con autismo y a un grupo control de siete niños no autistas en dos ocasiones. Los niños tenían edades comprendidas entre 6 a 14 en el momento de la primera exploración, en promedio, se volvió a escanear aproximadamente tres años después.

Mediante la exploración de los niños en dos ocasiones, los científicos fueron capaces de crear una imagen detallada de cómo los cambios en el cerebro durante este período crítico de desarrollo. Además de ver que la materia blanca-conexiones entre las regiones del cerebro que son importantes para el lenguaje y las habilidades sociales estaban creciendo mucho más lento en los niños con autismo, se encontraron con una segunda anomalía: en dos áreas del cerebro - el putamen, que está involucrado en el aprendizaje y la corteza cingulada anterior, que ayuda a regular los procesos cognitivos y emocionales - las células sobrantes no se podan adecuadamente distancia.

En conjunto, esto crea circuitos cerebrales inusuales, con células que están demasiado conectadas con sus vecinos proximos estableciendo escasas conexiones con células más distantes, lo que hace difícil para el cerebro procesar información de una manera normal. Las regiones del cerebro donde las tasas de crecimiento resultaron ser más altas se asociaron con los problemas de los niños autistas que a menudo luchan con - deterioro social, déficits de comunicación y conductas repetitivas.

Futuros estudios con técnicas alternativas de la neurociencia debe tratar de identificar el origen de esta alteración en sustancia blanca. Este estudio proporciona una nueva comprensión de cómo los cerebros de los niños con autismo se desarrollá de una manera única. Las imágenes cerebrales podrían ser utilizadas para determinar si los tratamientos tienen éxito en hacer frente a la diferencia biológica. El retraso en el crecimiento del cerebro en el autismo también puede sugerir un enfoque diferente para la intervención educativa en pacientes adolescentes y adultos, ya que ahora se sabe que su cerebro está conectado de manera diferente para  percibir y procesar la información de su entorno.