O eso es lo que vendría a confirmar el estudio realizado por la psicóloga de la Universidad de Harvard Deirdre Barret que tras diez años de investigaciones, ha llegado a la conclusión de no existe nada como un sueño reparador para resolver los conflictos y eventualidades que se plantean en el transcurso de la vigilia.
Desde los albores de los tiempos el ser humano se ha preguntado por el propósito que cumplía la función de soñar mientras dormimos, a esta activividad y según las estadisticas dedicamos un tercio de nuestras vidas, interpretaciones e hipótesis sobre esta cuestión se han propuesto muchas y muy diversas, pero ninguna de ellas avalada empíricamente.
Presentado en Association for Psychological Science, la doctora Barret define el periodo de sueño como una suerte de manifestación de pensamiento abstracto o definido por un patrón de reflexiones ilógicas, que tendría su origen en la actividad ejercida en el ámbito de nuestra esfera privada y estaría estrechamente ligada a nuestra percepción de la realidad, en definitiva lo que conocemos por sueño seria una forma de representación de pensamiento surrealista que se convierte en extensión de nuestro pensamiento racional, y que administraría soluciones a los problemas que nos surgen mientras estamos despiertos.
En palabras de la doctora Barret expone la hipótesis de que la fase onírica representa en el largo camino de evolución humana, un proceso que le confiere una diferenciación competitiva en relación al resto de las especies que habitan la tierra, y que esta particularidad única en el ser humano ha favorecido su capacidad para adaptarse a las diferentes circunstancias y escenarios que se le han planteado como especie a lo largo de su existencia, posibilitando su supervivencia.
Desde los albores de los tiempos el ser humano se ha preguntado por el propósito que cumplía la función de soñar mientras dormimos, a esta activividad y según las estadisticas dedicamos un tercio de nuestras vidas, interpretaciones e hipótesis sobre esta cuestión se han propuesto muchas y muy diversas, pero ninguna de ellas avalada empíricamente.
Presentado en Association for Psychological Science, la doctora Barret define el periodo de sueño como una suerte de manifestación de pensamiento abstracto o definido por un patrón de reflexiones ilógicas, que tendría su origen en la actividad ejercida en el ámbito de nuestra esfera privada y estaría estrechamente ligada a nuestra percepción de la realidad, en definitiva lo que conocemos por sueño seria una forma de representación de pensamiento surrealista que se convierte en extensión de nuestro pensamiento racional, y que administraría soluciones a los problemas que nos surgen mientras estamos despiertos.
En palabras de la doctora Barret expone la hipótesis de que la fase onírica representa en el largo camino de evolución humana, un proceso que le confiere una diferenciación competitiva en relación al resto de las especies que habitan la tierra, y que esta particularidad única en el ser humano ha favorecido su capacidad para adaptarse a las diferentes circunstancias y escenarios que se le han planteado como especie a lo largo de su existencia, posibilitando su supervivencia.