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Hiroshi Nakamura, arquitectura y paisaje en un medio reciclado


Aunque cueste creerlo la prefectura japonesa de  Tokushima  en la isla de  Shikoku, aunque todavía  se caracteriza por presentar paisajes dominados por bosques que donde de forma abundante y casi unica están poblados por bosques infinitos de cedros, cuya presencia en la practicamente totalidad de la isla datan de miles de años.  


Situación que ha variado sustancialmente debido al abandono paulatino de la servicultura perdiendo buena parte de sus enormes plantaciones. por lo que la sensación es de que hoy en día son bosques de cedros descuidados. Esta transformación del paisaje se aprecia de forma aún más ostensible según te adentras en el interior de la misma, y te fijas un poco en los restos abandonados de los aserraderos que han ido cesando su actividad de forma escalonada. Una de las comarcas donde  mejor se observa como el cambio en los usos del territorio puede condicionarlo, alterando sustancialmente su equilibrio medio ambiental. 


Es donde se encuentra ubicada la localidad de  Kamikatsu,  una villa que apenas cuenta con un censo estimado de doscientas cincuenta personas, que alrededor de dos mil trece suscitó un gran interés a nivel mediático principalmente, porque sus autoridades habían implementado un plan basado en prácticas sostenibles. Por el que se había logrado  que los casi ciento diez kilómetros que abarca su término municipal recibirán la calificación de ser considerado el primer municipio de todo Japón en ser etiquetado como Zero Waste o lo que es lo mismo residuo cero. 


Un reconocimiento meritorio que hubiera sido una mera anecdota si posteriormente y en el transcurso del tiempo, no se hubieran llevado acabó otro tipo de actuaciones encaminadas a consolidar la labor realizada hasta ese momento. Y que tenían como objetivo profundizar en las conductas respetuosas con su entorno. Como es la de la conservación de su patrimonio natural, pues la comarca cuenta con númerosos afluentes que suponen que una diversidad de especies puedan tener asegurada su viabilidad. 


Políticas que han repercutido muy positivamente en que la afluencia de visitantes se hayan incrementado considerablemente, sin duda atraídos por su oferta de ocio basadas en la organización de actividades realizadas al aire libre. Incremento de público que por una parte ha supuesto un aumento consirable por parte de muchas familias de la zona. Habiéndose abierto númerosos negocios lo que ha supuesto una revitalizacion económica para una comarca que tras el desmantelamiento de los aserraderos había caído en una depresión económica severa. 

Vista interior de la fachada principal de la instalación construida con puertas y ventanas


Pero que por otro lado también presentaba sus incertidumbres principalmente con la capacidad del sistema de gestión de residuos, hecho que finalmente se produjo desbordando todas las expectativas. Lo que obligó a las autoridades en principio a trasladar excedentes a otras localidades próximas, medida provisional cuya vigencia finalmente gracias a la entrada en funcionamiento recientemente de la innovadora y ecológica planta de residuos de la comarca. 


Acontecimiento que en principio no tendría porqué ser noticia pero que en el caso de las instalaciones  que albergan la planta de tratamiento y gestión de residuos ha sido construida utilizando materiales de reciclaje, hecho que podría parecer de menor importancia o secundario. Pero que objetivamente analizado tiene su mérito. Pues la práctica totalidad de este tipo de equipamientos suelen construirse con dinero público, por lo que rara vez se suele contemplar la posibilidad de utilizar otros materiales que no sean aquellos que estén estipulados por la ley. 


Diseñada por el arquitecto Hiroshi Nakamura, la planta de reciclaje se planteo como un modelo constructivo en el que se empleara productos de deshecho, que tras seleccionarlos se optimizaron en función de la parte del edificio donde se iba a emplear. Aunque del edificio en forma de herradura destaca la fachada formada ni más ni menos que por setecientas ventanas. 


La planta de tratamiento de residuos en la localidad japonesa de Kamitkatsu, construida con materiales de reciclaje, invita a la reflexión sobre nuestros hábitos de consumo y nuestra relación con nuestro entorno. 


Recogidas en un tiempo récord que no supera una semana fueron donadas desinteresadas por los vecinos de la región. La madera sin procesar y los adornos decorativos que vincula a los vecinos con la instlacion estructuran el edificio y forman volumenes móviles, fueron diseñadas para ser desmontadas y reutilizadas si fuera preciso.


Tanto en los accesos como en el pavimento del interior se empleo un terrazo hecho de fragmentos de vidrio y cerámica recorriendo la totalidad del centro, para guardar las herramientas se optó por unidades de mantenimiento realizadas a partir de contenedores de almacenamiento de color azul brillante para que se identifiquen con facilidad. 

 

El centro de reciclaje proporciona un punto focal para las actividades de reciclaje y permite a los vecinos compartir sus ideas y valores con los visitantes. Que pueden recorrerla y conocer in-situ su funcionamiento. Con ese objetivo los responsables pidieron al estudio que incluyera un salón de actos así como una tienda de productos reciclados y un espacio de actividades comunitarias.

 

Vista desde arriba de la planta de reciclaje, nos interroga sobre nuestros hábitos de consumo


Kamikatsu Zero Waste Center encarna el principio de basura cero emisiones como una instalación compleja y respetuosa con el medio ambiente. Cuya concepción no se limita solamente a tratar las toneladas de residuos que generan cada año los vecinos. Sino que reúne una serie de herramientas y espacios destinados a concienciar a los ciudadanos y usuarios que se benefician de la planta. 


Así aparte de las oficinas de administración que están separadas de la planta, encontramos un centro de educación y un departamento de  investigación y comunicación. Donde el personal investigador encargado de su gestión se dedica a desarrollar nuevas técnicas más eficientes y limpias relacionadas con el reciclaje y eliminación de residuos. 


Solamente es visible desde una posición cenital pero el conjunto de edificios que constituyen la planta representan un signo de interrogacion. Se trata de un acto simbolico con el que se pretende incitar al usuario/consumidor a cuestionarse sus hábitos de consumo y estilos de vida.

 

Unknown Hill se confundía con el paisaje circundante sin perder su habitabilidad


Abierta en 2021 no se trata de un proyecto aislado dentro de  la larga trayectoria del arquitecto Hiroshi Nakamura el cual se doctoro en la Escuela de Graduados de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Meiji en 1999 y trabajó para Kengo Kuma & Associates antes de fundar su estudio homónimo en 2002. 


Sus proyectos tienen como objetivo construir una relación orgánica entre la arquitectura, la naturaleza y las personas que van a residir en sus edificios o a ser sus usuarios en algún momento de su vida util. Este lo observa a través de un enfoque que combina influencias de los fenómenos naturales, así como el comportamiento humano.


La arquitectura de Hiroshi Nakamura obecede a patrones que se observan en la naturaleza, con la que los diseños del arquitecto trata de establecer un diálogo lo más fluido posible.


Proyectos precedentes se podrían citar unos cuantos pero yo aplicando mi criterio he seleccionado dos de ellos atendiendo a las que considero sus características arquitectónicas más identificadas. El primero que voy a reseñar es un proyecto inconcluso. Llamado Unknown Hill, construido en la costa de Kujukuri la cual presenta un paisaje donde destacan sus campos ondulados de hierba. 


No queriendo dañar este hermoso entorno, concebío la idea de elevar una  porción del terreno, como si levantaras la alfombra verde y usar el espacio de abajo como espacio para el edificio. El resultado es un edificio de apariencia abierta y magnánima, donde acostarse en el techo significa acostarse en el suelo. Las fronteras entre la arquitectura y el paisaje se disuuelven, surgiendo una nueva relación entre la naturaleza y la arquitectura.


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En el segundo proyecto Hayama Cave de 2013. Esta casa de vacaciones se encuentra en un acantilado a lo largo del océano. Debido a que el sitio estaba en una pendiente empinada y representaba el peligro de deslizamientos de tierra, se optó por incrustar una estructura de hormigón armado. A continuación se construyo el volumen de arriba en forma de una roca redonda que evitaría que el suelo se deslizara hacia el acantilado.

 

Fachada de la residencia cueva y su espectacular vista al mar


El resultado es un espacio que se integra en el paisaje de forma natural. Ya en el interior una escalera se adentra en el interior de la cueva, provocando un efecto eco por lo que los sonidos rebotan instantáneamente desde arriba hacia abajo, así como de izquierda a derecha. Lo que te da la oportunidad de sentirte realmente aislado y en comunión con la esencia de la naturaleza la cual lo inunda todo a tu alrededor. 


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Hiroshi Nakamura, architecture and landscape in a recycled environment

WHIM architecture, islas artificiales construidas con materiales reciclados

Hace no mucho tiempo tuvimos constancia por  los medios de comunicación, de un hecho que nos alarmo. La noticia que se extendió como la pólvora nos informaba de como debido a fenómenos meteorológicos las corrientes oceánicas habían depositando grandes cúmulos de basura. Principalmente localizadas en el Océano Pacifico estas islas flotantes están compuestas por residuos plásticos derivados del petróleo.

Inspirado por esta dramática situación el estudio de arquitectura e ingeniería naval WHIM, ha diseñado diferentes modelos de islas artificiales que a partir del reciclaje de las cientos de millones de toneladas de materiales plásticos, que cada año se arrojan al mar.

Construir villas autónomas que tengan como superficie de edificación el medio marítimo. Esta estrategia tendría dos objetivos, por un lado eliminar grandes balsas de residuos plásticos que debido a sus características tarda cientos de años en biodegradarse, y en un segundo termino ofrecer una solución a la falta de terrenos en tierra ganando terreno al mar.

Construidas a partir de módulos fabricado en la costa y trasladados a alta mar empleando grandes cargueros. Estas unidades residenciales serian completamente autosuficiente, utilizando para su abasticimiento energético soluciones basadas en energías renovables, como placas solares o energía eólica, incorporando como novedad una plataforma undimotriz que generaría energía a partir de las fuerzas de las olas.

Las islas que permanecerían ancladas a sus coordenadas oceánicas mediante anclas, contarían con un muelle de atraque y un helipuerto a través de los que se asegurarían el transporte de mercancías y personas en caso de urgencia. Completandose con una sofisticada estación de telecomunicaciones y geolocalicación vía satélite que avisaría a los buques y pesqueros de su presencia.

Cada comunidad flotante se construiría en funcion de unas necesides especificas y siempre bajo criterios ecológicos. Contaría con sistemas bioclimaticos que regularían la temperatura tanto en el interior de la vivienda como en su parcela. Donde se ubicaría un huerto cuyos alimentos se producirían a partir de un sistema de acuaponia.


Recycled island from WHIM architecture on Vimeo.