Las 49 alturas de la Torre Sathorn, el edifico fantasma del Skyline de Bangkok tras 20 años abandonado



Bangkok pasa actualmente por ser una de las ciudades más cosmopolitas que puedas visitar en el Sureste asiatiaco, donde la mayoría de los viajeros y sobre todo los mochileros en algún momento de su peregrinar de camino alguno de los países limitrofes con Tailandia.


Realizan una breve escala atraídos por sus numerosos atractivos turísticos y sobre todo por su oferta nocturna y gastronomía callejera. Por lo que nadie diría que a pesar de ser una de las megaurbes de la zona que presenta una de uno de los censos poblacionales más elevados y densos dentro de su radio de influencia compuesto por una cifra que alcanza los dos digitos fue fundada hace escasamente cuatro siglos. 

Aunque habría que precisar que no recibe su actual nombre hasta bien entrado el siglo XIX, cuando todavía era apenas una aldea de pescaderos a orillas del río Chao Phraya. Una estampa muy alejada de la que presenta actualmente, postal en la que destaca un skyline dominado por el trazado de una sucesión de rascacielos que parece no tener fin, decenas y decenas de edificios que parece.

Que forman parte de una competición en la que el ganador sea aquel que alcance no solamente la mayor altura posible, sino el más lujoso y lustroso de entre todos ellos. Por lo que casi con toda seguridad si el concurso fuera oficial casi que se declararia desierto, no por falta de candidatos, sino porque sería casi imposible elegir sólo uno como el que reúne las mejores cualidades y fundamentos.

Lo que sí estaría a nuestro alcance sería determinar cuáles de entre estos colosos serían los más valorados y del gusto de los millones de personas que acuden a diario inundando sus calles y avenidas. Seleccion que de existir sin duda tendría entre su constelación algunos de los que se levantan cientos de metros ocupando decenas de miles de metros cuadrados dentro de lo que se condidera uno de los distritos financieros más activos de su área  de influencia.

Algo que no dejaría de ser coherente en este tipo de clasificaciones, aunque como en todo hay excepciónes en esta hipotética clasificación por ejemplo destacaría un edificio a medio construir, digamos que un candidato, un aspirante que se quedó en la estructura de hormigón semi-desnuda. 

Pero que sin embargo ha logrado destacar, hecho "altamente" inusual que entre estos aspirantes pudiéramos encontrarnos un mastodonte fantasmal de nada menos que 49 alturas. Una estructura de acero prácticamente finalizada, pero que de repente se paralizaron sus últimos retoques, hecho inesperado que se produjo a finales de la década de los 90ˋs del siglo pasado.

Vista desde el interior del edificio, tan desoladora como poetica

Cuando el conjunto del país colapso económicamente tras estar instalado en una ola donde la bonanza y la prosperidad económica parecía que no era sólo una utopía o un espejismo. Sino una realidad que había llegado para quedarse pudiendose multiplicar las ganancias y los beneficios hasta el infinito mas y más allá, proponiendose cada vez más proyectos que se distinguian por presentar presupuestos de ejecución casi astronomicos.

Por lo que cuando finalmente estalló la burbuja condicionada por una devaluacion monetaria sin precedentes, algunos de las obras en ejecución se vieron afectadas. Entre éstas destaca sobremanera el edificio Sathorn Unique en el distrito de Yan Nawa que a pesar de haber iniciado la cuenta atrás para su inauguración por todo lo alto, fue prácticamente abandonado de forma prematura y sin conocer muy bien a día de hoy la causa real de su clausura.

Razón que tras más dos décadas desde que fue oficialmente cerrado todavía no ha logrado ser esclarecida del todo, pues el hijo del arquitecto. Siendo considerado el legítimo dueño del inmueble no ha recibido una oferta según sus declaraciones que satisfaga los poco más de 68 millones de dólares en que ha valorado esta propiedad, que aunque en teoría tendría que estar clausurada y vedada al publico.

En la actualidad la fachada de la torre Sathorn está cubierta parcialmente con una enorme pancarta de Coca Cola de la crisis financiera asiática de 1997 en Bangkok por lo que ha recibido el sobrenombre de Torre Fantasma. 


Restricción que sin embargo no ha supuesto impedimento alguno para que se haya convertído en un destino al que se dirigen, no solamente hordas de exploradores de urbex, los cuales retratan una y otra vez alguna de las centenares de habitaciones, realizando miles de fotografías y videos a través de los que han capturado hasta el mas mínimo detalle. Trabajos que rozan casi lo pornografico siendo la cubierta sin duda la azotea la estrella. 


Un mirador priveligiado desde el que contemplar la ciudad. Siendo el lugar, donde cada día cuando cae el atardecer se reúnen decenas de jóvenes en una especie de comunión para contemplar según ellos una de las mejores puestas de Sol que se pueda observar en la  ciudad. Razon por la que el grado de deterioro de las instalaciones y equipamientos en su interior tras más dos décadas en desuso se ha acelerado en algunas zonas de forma muy acusada.


Situación que ha provocado un creciente malestar entre los miembros del vecindario, los que amparándose en los que según ellos, los muchos episodios fortuitos o no tantos, que han supuesto un incremento en la inseguridad que se observa en los alrededores. De un edificio que a pesar de haber sido precintado de forma regular a lo largo de todos estos años, sigue siendo invadido y habitado por colectivos de personas en peligro de exclusión social.

Estado que presenta una de las principales terrazas del edificio

Presencia continuada que ha provocado paralelamente toda una literatura compuesta por todo tipo de rumorologias e historias que discurren entre mitologías y hechos constatados por llamadas a la policía a horas intempestivas denunciando algún incidente o simplemente dando el aviso sobre que se están oyendo voces y golpes de cristales rotos producidos por los borrachos que revolotean en su interior.


Una de las medidas que ha adoptado el hijo del dueño de la torre que fue diseñada y desarrollada por una de las principales firmas de arquitectura de Tailandia, Rangsan And Pansit Architecture Co Ltd, ante la imposibilidad de deshacerse del inmueble es cobrar una entrada destinada a los turistas más interpridos que atraídos por las supuestas apariciones de espectros y fantasmas. Pertenecientes a alguno de las decenas de trabajadores que no recibieron sus ingresos debido a los muchos meses que trabajaron sin poder recibir pagar alguna.


El Sathorn Unique puede ser el más notorio, pero es solo uno de los cientos de edificios abandonados en todo Bangkok. Parecen simbolizar un círculo vicioso siempre existente de auge y caída de un modelo constructivo en la especulación y el dinero barato.


Dinero recaudado con el que trata de completar el resto de la construcción de un edificio que cuando cesaron las obras se encontraba al ochenta por ciento. Habiendo zonas como la área comercial que se encontraban practicamente a un paso de ser inaguradas. De un edificio que parece flotar entre gigantes con sus ciento setenta y cinco metros de altura y 600 apartamentos de alto standing.




Muchos de los cuales ya presentan graves desperfectos evidentes que afectan a la viabilidad de un proyecto que se había eregido como un símbolo de una ciudad en plena expansión y de lo peor de un modelo constructivo, basado en la especulación en activos inmobiliarios y de un urbanismo donde lo que menos importa, es contemplar y planificar espacios de convivencia. Quedando su presencia de ejemplo de un enfoque que no debería repetirse en el futuro, al menos en la misma magnitud.

Curiosamente, las construcciones más nuevas en el área se han "inspirado" arquitectónicamente en el diseño original del Sathorn Unique. Elementos como la gran entrada, con sus imponentes columnas corintias de alto piso, y la cúpula semicircular de la azotea han sido copiados e integrados en otros edificios más recientes de la zona. Es como si la presencia del edificio se valorara y diera identidad a esta zona de la ciudad, mientras que su patrimonio estructural languidece rodeado por decenas de grúas, que como sombras intimidates lo disuelven entre un marasmo de nuevos aspirantes a cual mas desafiante en altura. Siendo testigo de su propia decadencia y un ejemplo perfecto de cómo se inicia y lleva a cabo el desarrollo urbano en Bangkok.



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