A las cuales volveremos mas adelante en esta entrada, por ahora nos vamos a centrar en lo que hizo durante su reciente visita a New York a principios de este año, una estancia muy fructífera creativamente con cuyo proceso y realización nos volvió a sorprender.
MARES DE NEUMÁTICOS Y VIDRIERAS COMO ALEGATO ECOLOGISTA
Utilizando como en otras ocasiones las constantes de lo que con el tiempo se ha convertido en su palimpsesto personal, a través del que describe de forma elocuente las causas y los desastrosos efectos del cambio climático en terminos medio ambientales.
Preocupación que ya reflejaba en dos de sus intervenciones mas conocidas y que tuvimos oportunidad de comentar por aquí. La primera titulada Heavy Sea nos trasladaba a un deposito de neumáticos, que convertía en un mar purpura en el que destacaba un salvavidas que no encontraba naufrago.
En la segunda titulada Camouflage se inspira en una escena silvestre casi bucólica protagonizada por un niño, cuyo único afán es derribar los pajarillos cuyas siluetas troqueladas sobre una vidriera de una vieja fabrica se encuentran en plena desbandada.
NATURALEZA ABRIÉNDOSE PASO HACIA LA LUZ MOSTRADA COMO UNA ILUSIÓN ÓPTICA
En sus dos obra en New York, la primera titulada Fossil intervención de ejecución aparatosa y de resultado conmovedor a la vez que delicado, donde las ramas de un árbol emergen literalmente de entre los ladrillos previamente extraídos de una pared, de uno de los muchos edificios de Bushwick.
Árbol pixelado cuya visión nos hace esbozar una leve sonrisa de complicidad. Como en Chinatown’s Inner Strength (la fuerza interior de Chinatown), intervención donde la antítesis de materiales compuesto por una rama de cerezo que se abre paso rompiendo la verja de un cierre de un comercio en Chinatown.
Refleja la tensión entre lo orgánico y los elementos del mobiliario que nos ofrecen un paisaje urbano artificial, donde todo permanece estático, inmóvil, en su sitio, donde el desgaste de los materiales sustituye al envejecimiento prematuro de la escasa vegetación que hace acto de presencia en los lugares mas inesperados, de forma casual, casi anónima.
Árbol pixelado cuya visión nos hace esbozar una leve sonrisa de complicidad. Como en Chinatown’s Inner Strength (la fuerza interior de Chinatown), intervención donde la antítesis de materiales compuesto por una rama de cerezo que se abre paso rompiendo la verja de un cierre de un comercio en Chinatown.
Refleja la tensión entre lo orgánico y los elementos del mobiliario que nos ofrecen un paisaje urbano artificial, donde todo permanece estático, inmóvil, en su sitio, donde el desgaste de los materiales sustituye al envejecimiento prematuro de la escasa vegetación que hace acto de presencia en los lugares mas inesperados, de forma casual, casi anónima.