Dicen que la cara es el espejo del alma. Lo que si es una certeza es que el reflejo que proyecta nuestra imagen en un espejo puede cambiar nuestra percepción de lo que somos, pudiendo modificar nuestra actitud.
El día 30 de Diciembre a poco mas de 24 horas para que finalizara 2.013. Un grupo de entre los miles de personas que se manifestaban por las calles de Kiev en Ucrania, decidieron cambiar de estrategia y combatir la represión ejercida por las fuerzas del orden mostrándoles en primera persona lo que representaban sus actos.
La escena que no deja de ser conmovedora, capturada en las cientos de fotografías que se hicieron de aquel acto de oposición pasiva ejercido por la población civil. Muestra a decenas de personas apostadas delante de los efectivos uniformados, portando cada uno de ellos un espejo donde una replica de si mismos se mantenia incólume ante sus ojos.
La acción pacifica realizada de forma improvisada en un contexto de emergencia donde la tensión la situación de incertidumbre genera una ansiedad entre los presentes. Sin embargo la eficacia de la acción se desarrolla con total normalidad en un clima donde los papeles de los que intervienen están definidos por pautas de comportamiento pre-establecidos.
Sirviendo para denunciar los abusos realizados por la policía a lo largo de las numerosas concentraciones precedentes. Que en muchos casos tratan de mostrarse impávidos, tratando de disimular con un rictus serio una situación embarazosa, donde no puede ocultar que se sienten en muchos casos cohibidos ante la imagen que les devuelve el espejo.