La eleboración de un libro suele estar inspirado por sucesos, acontecimientos o vicisitudes de los que uno es testigo en primera persona. O por el conocimiento que le ha proporcionado un tercero como un amigo o el acceso a una historia leída en un medio de comunicación.
En ocasiones se recurre a alguna efemeride de carácter histórica que combinada con una experiencia personal, genera el argumento de una narración mas o menos verosímil. Este fue el caso de la dibujante Meags Fitzgerald que debido a su aficción ha sacarse fotos tamaño carnet realizadas en fotomatones.
Tuvo la oportunidad de conocer el origen de este elemento que ha formado durante buena parte del siglo XX del mobiliario de cualquier ciudad que se precie. Siendo en la actualidad un objeto vintage que tras ser adquirido casi como una antigüedad se pueda encontrar en domicilios particulares, o como aliciente en algún bar de copas.
Convirtiendose en el hilo conductor de una historia presentada en formato de novela grafica, donde mediante las ilustraciones de viñetas. Nos cuenta su relación con el fotomaton casi llegando a convertirse en una obsesión, la que la llevo a realizar una diáspora por medio mundo en un viaje a través del que encontrar su identidad.
Y cuyas peripecias han sido editadas en un volumen titulado Photoboth: a biography, donde paraleramente a esta búsqueda. Se nos narra la historia de este dispositivo fotográfico en clave global y desde un punto de vista doméstico y personal una historia salpicada de numeroso episodios de carácter autobiográfico.