Desde el exterior el visitante apenas puede apreciar rastro alguno de la función original que cumplía el conjunto de edificios. Que en la actualidad alberga el Hotel Quinta Real de la ciudad de Zacatecas en México.
Delimitado por el acueducto El Cubo, su imponente presencia en el paisaje urbano debido al característico color rojo de sus fachadas, hace que destaque en relación a su entorno. Lo primero que llamara la atención al viajero que se hospede en alguna de sus habitaciones, sera la majestuosa plaza interior rodeada de terrazas con excelentes vistas. Lugar que hasta 1.975 fue el escenario de monumentales acontecimientos taurinos.
Actividad que se inicia mas de un siglo antes, mas concretamente en 1.866 cuando las autoridades deciden conceder el permiso a un acaudalado hacendado local. Para que construya una plaza de toros, que en sus momentos de máximo apogeo podía reunir a mas de cinco espectadores, en localidades de pie, que fueron testigos de algunas de las mas memorables faenas.
El coso bautizado como Plaza de Toros de San Pedro tras ser cerrado debido a la falta de publico y al descenso de recaudación. Fue clausurado permaneciendo casi quince años en estado de abandono, produciéndose un deterioro por lo que estuvo a punto de derrumbarse.
Reformado por sus actuales propietarios, el establecimiento hotelero conserva buena parte de su legado arquitectónico, que en esencia se observa en su albero donde la arena comparte ahora protagonismo con muestras cerámicas de la rica artesanía local en forma de baldosas que lo acicalan parcialmente. Y en cuyo perímetro se celebran diferentes actividades organizadas para disfrute y entretenimiento de la clientela que se hospeda en el hotel.