Parnu a orillas del Mar Báltico se ha convertido en el destino de vacaciones preferido de decenas de miles de estonios. Que coincidiendo con los meses de vacaciones, disfrutan de un clima templado, multitud de actividades acuáticas y de unos paisajes llenos de contrastes y presidido por la naturaleza.
Construido en madera, se trata de una atracción que traza la ciudad desde el horizonte acotando sus limites ambos extremos. Y perfilando a medio camino un mirador que hace la veces de intersección, cohesionando el conjunto de la intervención.
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Volcado sobre la gran bahia Baltic sea art park se compone de tres secciones, el citado mirador de forma circular, la parte correspondiente a los muelles de atraque. Y por ultimo los edificios donde se integrara la zona de ocio y restauración.
En el límite entre el terreno y el agua aparece el círculo báltico, una estructura icónica que actúa como un punto de transición que diferencia lo terrestre y marítimo.