En lo que era un viejo edificio del siglo XIX, en el que su intervención tanto de la exterior y su interior ha tenido como principal. Conservar lo máximo su aspecto original adaptando estéticamente en función de sus actividades contractuales.
Diseñado por el estudio de arquitectura Van Dongen-koschuch, el edificio que corre paralelo al rió que le da nombre, cuenta como máximo aliciente con una sala cuya excelente acústica cuenta con un aforo de 550 personas. Que se completa con cafetería, locales de ensayo y salas de exposiciones.
En un edificio de tres alturas cuya fachada perforada por grandes ventanales, redibuja el paisaje urbano, dinamizando la zona sin alterar la estética del lugar. Proyectando parcialmente la vida que se produce en el interior en su exterior mas próximo.
Relacionado: Una antigua mina de sal se transforma en un centro cultural y ocio
Situado en la localidad de Venlo, en su nueva sala de conciertos se dan la mano la vanguardia artística y la traducción arquitectónica.