Realizada por la artista Susana Aleixo Lopes que reside en Lisboa desde 2007, planteo la intervención que se muestra como un rara avis, en una exhibición que se caracteriza por sus graffitis y murales. Realizada con maderas y residuo forestal abandonado en la playa, se trata de construir un refugio.
Donde evocar recuerdos de juegos y aventuras extraídos de la infancia. Una especie de artefacto o mejor de lugar privado al que poder recurrir, cuando se necesita un momento de intimidad y en el que se pueda recurrir a la memoria.
En la obra de Susana se observan procesos artesanales que se nutren de oficios, que debido a la tecnología y al perfeccionamiento en los modelos de producción en serie han sido desplazados siendo en muchos casos prácticamente olvidados.
Cuerdas y listones de madera se proyectan en el espacio destacando en el paisaje, donde actúa como una replica artificial mostrando la visión subjetiva de la autora y su memoria
Herramientas manuales se emplean en la reproducción de objetos con los que ha crecido la artista y que conforman su identidad sentimental y vital. Con las que crea rincones idílicos que se integran en el paisajes actuando como cápsulas del tiempo.
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