En los proyectos de la artista visual Miwa Matreyek, explora los límites de la expresión creativa y su rendimiento más allá de lo establecido y ortodoxo. Con este enfoque en mente emplea la mayor cantidad de lenguajes creativas con los que crea trabajos multiformato.
Por lo que para lo realmente importante no es tanto el valor en terminos esteticos y sus cualidades conceptuales, sino los mecanismos y modelos que puede abordar e incorporar a su método de trabajo. El cual en ocasiones presenta herramientas más refinadas y sofisticadas.
Producto de combinar con más o menos fortunas herramientas multi-media con los que oxida imágenes hasta desnudadarlas y convertirlas en narrativas abstractas, en los que los elementos surrealistas afloran hablándonos del paso del tiempo y la memoria.
Utilizando el lenguaje corporal en su forma más minimalista y organica, en este sentido un simple parpadeo puede provocar en el espectador un efecto hipnótico que le abstraiga por un momento de la realidad. En otros trabajos, sin embargo opta por recurrir por lo esencial a la hora de describir y trasladar en términos plasticos.
Aquella idea que bulle en su cabeza y que se plasman en obras en las que el observador se percata de la tenue frontera entre lo real y lo irreal se difumina. En el corto de animación titulado Lumerence que podéis ver integramente AQUI. Se podría considerar que pertenece a este primer apartado integrando la instalación, la animación y el vídeo.
Originalmente inspirada en una visita al Observatorio del Monte Wilson, . El corto tiene como argumento el deseo humano de encontrar una conexión con el universo. Incluye la canción Quite de Careful que podéis escuchar AQUI.
Repasa cómo los cambios en la animación se combinan con el cuerpo y el espacio (y viceversa). Seleccionada para los galardones TED a los jóvenes talentos. Inicia su narración en el espacio y en los flujos de información que se producen y como transforma la realidad. Utilizando como discurso su propia sombra en movimiento, Miwa completa una hermosa pieza meditativa cargada de lirismo sobre el descubrimiento interior y exterior que tiene el sujeto sensorial como protagonista.
A ser de ascendencia japonesa, el trabajo de Matreyek se ha nutrido de los escasos recuerdos de su infancia, los cuales hacen referencia a los paisajes y la arquitectura japonesa así como del constructivismo ruso. Otra influencia destacada es la de cineastas franceses Georges Méliès y Michel Gondry.