Titulada Domestication Of A Pyramid, se trata de una instalación de corte épico, cuyo enfoque monumental se ha podido ver en una diversidad de escenarios arquitectonicos que corresponden a otros edificios.
En este contexto casi surrealista por ejemplo el claustro de un palacete como es el del majestuoso Museun of Applied Arts de Viena se convierte en el anfitrión perfecto, donde crear un paisaje donde los elementos orinicos nos muestran el discurrir del tiempo como un fenómeno cuántico.
La obra de Magdalena Jetelová siempre se ha situado en la antípodas, en el margen del discurso estetico, produciéndose desplazamiento en la narrativa de lo que la propuesta quiere mostrar y trasladar al espectador y lo que le es parcialmente vedado o sugerido.
Esta ambigüedad en su retórica es causada por verse obligada de su Checoslovaquia natal en 1985. Un desarraigo del paisaje que le era familiar y cotidiano que ella plasma de forma constante práctica artística creando obras asimetrícas y explorando la forma de alojar al huésped cuyo origen resulta exotico.
Sin embargo, en los años anteriores a su salida de Praga, ya había desarrollado la base de un vocabulario adaptable, un léxico recombinante y transformador, transitorio e insubordinado. Que representaba una posicion activista que reflejaba la diáspora que se había producido de artistas de Europa Central y del Este.
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