Los grandes picos como el Annapurna, el K2 o el Europeo Mont Blanc, así como las infinitas depresiones que forman las cordilleras que los albergan como los Alpes o el inapelable Himalaya.
Debido a las características geologicas y climáticas. Siempre lo he percibido en mi imaginario, como un territorio inhóspito y agreste, donde sus gamas de colores se limita a un gradiente de escala de grises, donde la luz ultravioleta ve limitada sus propiedades.
Ganando en nitidez que crean atmósferas donde el urular del constante del viento se funde con un cielo plomizo que a su vez se diluye con el blanco eterno de las nieves perpetuas que parcialmente camuflan la falda desnuda de la montaña.
Características que nada mas descubrir las series que engloban el proyecto Monochromatic, despertó mi simpatía hacia el trabajo del fotógrafo especializado en realizar reportajes que tienen como objetivo naturaleza Jakub Polomski. Y que en la selección de postales realiza un recorrido que practicamente abarca todo el mundo.
La mirada de Jakub tiene la virtud tanto de capturar la calma como la tempestad, de un paisaje concreto y el equilibrio inalterable y preciso que muestra la naturaleza de alta montaña. Estableciendo las pautas de conservación que lo convierte en un ecosistema único.
Un peoyecto de carácter global que debido a su magnitud todavía esta inconcluso. Instantáneas realizadas en tonos monoscromo con las que logra transmitir la belleza esculpida por millones de años de erosión que ha esculpido estos majestuosos colosos y los paisajes de los que forman parte.
Nacido en Polonia, Jakub aplica un enfoque singular en la captura de paisajes de montaña y la fotografía aérea utilizando drones. Sus trabajos más relevantes son los que tienen por escenario las impresionantes regiones desérticas de la Patagonia, los majestuosos glaciares de Islandia y los imponentes picos de los Alpes. Como fotógrafo autodidacta ha obtenido numerosos reconocimientos a su trabajo y prestigiosos premios, incluyendo la estatuilla de National Geographic.