A partir del reciclaje tanto de residuos orgánicos como de materiales procedentes de donativos anónimos, el proyecto Temple of Holy Shit de Collective Disaster. Propone una arquitectura funcional a la vez que lúdica, que crea espacios de autonomía e intercambio social de forma transversal.
Trasladandose a una vasija anexa donde se mantiene por un plazo de un mes. El resultado es un compost de gran calidad, con el que poder cultivar de forma ecológica el huerto urbano que gestiona la comunidad local.
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El equipamiento de carácter social esta formado por dos estructuras, que actuan como lugar de encuentro y organización de una diversidad de actividades dirigidas a los miembros de la comunidad que a su vez lo gestiona.
Temple of Holy Shit explora a partir de un planteamiento multidisciplinar, la conexión entre la arquitectura de carácter publica, y los procesos bio-desagradables relacionados con la producción de materiales sostenibles y respetuosos con medio ambiente.