El reloj con sus manillas o con su interfaz digital, quizás sea el objeto que mejor simboliza el paso del tiempo. Representando en síntesis todos y cada uno de esos momentos que en mayor o menor medida podemos conservar en nuestra memoria.
Las monturas de los artefactos temporales, sustituyen a las arrujas, a los pliegues de piel, a las escamas del caparazón de la tortuga y al pelaje del conejo, en dos esculturas huecas que actúan como metáfora del tiempo. Las ingeniosas creaciones son una amalgama de objetos poco convencionales encontrados en la calle que han sido reutilizados.
Y por lo tanto, dado una nueva vida. El artista piensa que cada una de estas cosas, que solemos usar todos los días, una vez tuvieron una historia, hasta que fueron tiradas. Hay bicicletas que alguna vez fueron montadas, recogedores rotos, letreros de comerciales, paraguas perdidos....
Cada objeto tenía propósito y significado antes de ser arrojado. Tomando estas cosas que colecciona las conecta y crea piezas que tienen su origen en un mecanismo poetico, por el que un objeto inerte acaba adoptando una forma organica, en este caso la de animales.
El artista Natsumi Honda de la Tama Art University, creo en 2.010 dos piezas de orfebreria en las que empleando piezas de relojes antiguos obtenidas en bazares, modelo la fisonomía de dos animales una tortuga y un conejo.
Cada pieza empleada en el diseño de este particular zoo metafora del transcurrir del tiempo, posee un valor sentimental que lo vincula directamente con algun episodio vivido por el donante. Por lo que ese reloj se convierte en una semilla que germina a traves de una pieza la cual nos guia a traves de las experiencias vividas por sus donantes.