El trabajo visual del artista Anton Semenov no te deja indiferente, su particular universo poblado por seres deformes, pálidos, amorfos, pero que a la vez son tremendamente expresivos.
Pese a carecer de rasgos faciales estos personajes con referencias circenses que deambulan por escenarios lúgubres en ocasiones góticos y en otras inmaculados, podrían formar parte de la trama de los retratos mas peturbadores de Dickens, Poe o incluso Stephen King.
Residente en la ciudad de Bratsk en lo mas profundo de la Rusia siberiana, actualmente trabaja como ilustrador digital y diseñador en una agencia de publicidad. Semenov comenzó a dibujar a la temprana edad de tres años estudiando arte y diseño.
Sus personajes inspirados en la vida real resultan a la vez inquietantes y surrealistas, creando composiciones para las que emplea programas de tratamiento de imagenes como Adobe Photoshop similares y sucedaneos.
Aparte del diseño su otra gran pasión es la música, mas concretamente el instrumento de la guitarra, de las que posee un buen numero de ellas. El haber crecido en una localidad pequeña y aislada, donde no sucede gran cosa.
Las narrativas visuales de Semenov se nutren de antecedentes surrealistas en las que el componente onírico y el paisaje adverso y exigente en el que vive, se traduce en formas de vida en las que la luz se refleja a través de una selección de formas grotescas, esperpenticas e incluso bizarras que buscan un espacio propio
Hace que preste atención a detalles y acontecimientos de la vida cotidiana, que a otros les pasan desapercibido, esas experiencias después las refleja en sus trabajos. Con los que de alguna forma refleja la realidad tal como la percibe.
_edit_188822180547080.png)
_edit_8099193296908.jpg)
