La capacidad que tiene el forastero que llega a una ciudad que nunca ha visitado o a la que hace mucho tiempo no vuelve, para descubrir matices que sus residentes habituales no perciben, para ver los monumentos mas emblemáticos con otros ojos.
Eso es lo que experimento la artista Di Mainstone residente en el Universidad Queen Mary de Londres, cuando en una de sus muchas excursiones por New York descubrió el puente de Brooklin y como simobolizaba algo mas que la unión entre dos orillas. Caminando por su pasarela a través de sus sentidos oía los zumbidos que emitía los cabos de acero que mantiene el puente en suspensión cruzando el East River.
Esta sensación sumada a la visión de la estructura del puente fueron la fuente de inspiración, a partir de las que concibió el proyecto Human Arp. Coincidiendo con el 130 aniversario desde la finalización de su construcción la artista en colaboración con la bailarina Hollie Miller y el Instituto de diseño de Interaccion de Copenhague ha creado una instalación inmersiva, que combina la tecnología y la expresión corporal para transformar las vibraciones producidas por la actividad del puente. Interpretando una partitura que traduce los ruidos en melodias, produciendo una banda sonora virtual que cambia la percepcion de los peatones que transitan por el a diario.
Esta sensación sumada a la visión de la estructura del puente fueron la fuente de inspiración, a partir de las que concibió el proyecto Human Arp. Coincidiendo con el 130 aniversario desde la finalización de su construcción la artista en colaboración con la bailarina Hollie Miller y el Instituto de diseño de Interaccion de Copenhague ha creado una instalación inmersiva, que combina la tecnología y la expresión corporal para transformar las vibraciones producidas por la actividad del puente. Interpretando una partitura que traduce los ruidos en melodias, produciendo una banda sonora virtual que cambia la percepcion de los peatones que transitan por el a diario.
La arquitectura como inspiración musical, proceso y composición
El arpa humana consta de una serie de módulos digitales, que se conectan a los cabos del puente. Cada módulo esta unido a una cuerda retráctil insertada al cuerpo de la bailarina. La longitud y el ángulo de la onda en relación con el módulo se mide usando sensores y estos datos se utilizan para controlar el volumen, el tono y la intensidad de los sonidos. Estos sonidos se graban en tiempo real a partir de las vibraciones del puente y sus peatones.
La investigación inicial en torno a calcular la longitud de la onda se baso en su potencia. A través de un interfaz digital magnético, Mainstone encontró una manera de traducir las vibraciones naturales del puente - normalmente innacesibles para el oído humano - en notas audibles, para eso empleo sensores bipolares de efecto Hall, estos al conmutar entre los estados del imán de salida de acuerdo a la polaridad de su campo magnético pueden detectar su longitud de onda.
Para armonizar toda la documentación sonora capturada del entorno del puente, se vuelca utilizando diferentes paquetes de software de tratamiento de sonido como Max o Arduino o Open Sound Control (OSC). Obteniendo piezas tan delicadas como la que se pueden apreciar en el siguiente vídeo, el cual forma parte de un proyecto, por el que su percusora quiere repetir la experiencia aplicándola en otros puentes del mundo, con el propósito de crear una interfaz musical y un fondo documental a partir del que poder trabajar con fines educativos.