Recuerdo que cuando se acercaba el vigésimo quinto aniversario del primer alunizaje del ser humano en la Luna, mi padre nos contaba que debido a todo las expectativas que se habían creado entre la opinión publica debido a este acontecimiento.
Que raro el día que no se conocía alguna noticia o proyecto que le inducia a pensar, que en un futuro no muy lejano se podría vivir en el satélite que orbita la Tierra, o cuando menos tener la opción de adquirir una segunda residencia que tuviera vistas a alguno de los miles de crateres que caracterizan su superficie árida y arenosa.
Era tal el grado de entusiasmo y excitation generado, que lo que hasta ese momento se percibía poco más o menos como una quimera, había pasado a ser un hecho tan verosimil y tangible. Que enseguida se suscitaron cientos de iniciativas de lo más variopintas, que tenían como inspiración la posibilidad de habitar la luna, muchas de ellas tanto estéticamente como conceptuales descabelladas. Ideas que no dejaban de ser producto de un momento muy concreto e inusual.
Pero que si sirvieron para que otras muchas propuestas prosperaran con más o menos fortuna entre el maremágnum de ideas que hubo. Entre otras razones por presentar un diseño que inspirado por la narrativa fecunda que de forma torrencial se genero, si llegaron aportar soluciones que ya fuera en ese momento o a lo largo de las siguientes décadas se materializaron en diferentes ámbitos económicos o industriales.
En cuanto a la práctica arquitectonica si se consulta cualquier hemeroteca relativa a la epoca, se verá que la imaginación exhibida en una mayoria de ocasiones superaba cualquier atisbo de poder realizarse sobre el terreno. Pasando a formar parte directamente del imaginario popular de una sociedad ávida de las historias y las ficciones más imaginativas y surrealistas emanadas de un hito histórico tan inusual como este.
En el primer apartado lo realizable se podrían citar el edificio Nagakin Capsule Tower formado por decenas de cápsulas en forma de cubo construido en Tokyo entre 1970 y 1972, que tras mucho tiempo pendiente de una decisión administrativa finalmente fueron demolidas durante el verano de 2022. Un hecho que no por ser esperable deja de ser lamentable, habiéndose inclinándo la balanza hacia los intereses especulativos relacionados con el valor del suelo, frente al valor patrimonial de una arquitectura tan singular como esta.
En el segundo apartado de lo efimero tenemos la historia del proyecto protagonizado por un arquitecto y emprendedor finlandés llamado Matti Suronen, un tanto es céntrico este diseño unas cápsulas ligeramente ovaladas que se bautizaron popularmente como platillos volantes, sobrenombre no muy original pero que en este caso le viene como anillo al dedo. Las cápsulas representaban un fuselaje que al menos exteriormente, en términos estéticos eran lo más parecido a lo el que el imaginario colectivo compartía como una nave espacial.
Y que cuando se anunció sirvió para alimentar la imaginación de toda una generación sugestionada por los primeros antecedentes pertecientes al incipiente género de la SC-FI, como la versión radiofónica de La Guerra de los Mundos narrada por Orson Wells. O las primeras entregas de sagas de ambientación espacial como Star Trek, que habían podido concebir visualmente la posibilidad de que el se humano viviera fuera del planeta Tierra. Tratándose de un diseño compacto que en un solo volumen de ocho metros de diametro podía reunir una diversidad de distribuciones.
Dependiendo de la funciónalidad a la que se quería dedicar, presentada en diferentes eventos y ferias. Lo que en principio parecia un prototipo que no tenía visos de que superaría la parte de exhibición, pasando a ser con el paso de más o menos tiempo una reliquia que representaría los sueños de toda una generacion. Que en mayor o menor medida habia llegado ha tener fe en la la posibilidad de que un día el ser humano conquistaria y colonizaria el espacio.
Fue tal su éxito que acabó siendo exportada a los Estados Unidos, la Unión Soviética, Sudáfrica, Francia, entre otros paises del mundo. Sin embargo, cuando el precio del crudo se disparó debido a la crisis del petróleo que ocurrió en 1973, la producción se suspendió.
Para sorpresas de muchos que lo habían desdeñado por ser considerado un diseño pretencioso cuya única aspiración era suscitar la atención desplazándose otro tipo de propuestas más acordes con la demanda del publico. Comenzó a producirse primero por encargo y a pequeña escala, para poco tiempo despues incrementar su número hasta doblar su producción, sirviendo pedidos a cualquier lugar del mundo.
Por lo que se podría afirmar que el módulo al que con el paso del tiempo se le añadio un modelo más reducido de alrededor de cinco metros de diametro. Es uno de los productos pioneros que siendo el resultado de una idea visionaria tuvo una comercialización global prácticamente inmediata. Aumento de la demanda que finalmente fue la causa de que se dejara producir, pues en ningún momento su creador pensó que la respuesta seria tan positiva, careciendo de una red logística que garantizará una respuesta satisfactoria ante el incremento de pedidos.
Y no como se ha argumentado en numerosas ocasiones desde diferentes ambitos, afirmando que la causa por la que sorpresivamente se suspendió su producción, sea atribuible a la escalada del precio del petroleo en el mercado mayorista. Pues aunque si es cierto que existe una relación entre los derivados plásticos, la materia prima con la que se fabricaba los cientos de módulos que se servian en un plazo de tiempo que no se alargaba por término medio más de tres meses y la volatilidad del barril de crudo. La verdad es que la cadena de producción y distribución de la compañía era casi artesanal.
En otro sentido la Future House supuso toda una revolución que podría haber llegado ha modificar el estándar constructivo que al día de hoy sigue presidiendo la practica totalidad de las obras, y el cual se basa en el empleo de materiales férreos como el hormigon, el ladrillo, y el acero. A lo que añadir que su creador había conseguido tras mucho tiempo invertido, crear una unidad polivalente, que presentaba una caracteristica inedita en este tipo de diseños.
Y es que se podrían unir hasta constituirse edificios de varias alturas a los que se podría añadir tantas unidades habitacionales como se deseara. Avance paradigmatico, cuya primera y más destacable consecuencia es que se abaratarian enormemente los costes de construcción. Proyecto de ampliación que a pesar de que había más de una propuesta que casi se ejecuta nunca llegó a materializarse.
Fabricadas en FRP (plástico reforzado con fibra). Cada unidad se componía de 16 piezas cada un, las cuales modelaban estos hongos futuristas, ovnis que aludían al deseo de poder vivir algún día en el espacio.
Por lo que tras muchas buscar en los bancos de documentacion, nos tenemos que limitar a conformarnos con algunos pliegos de hojas rápidos y parcialmente amarllentos. En los que vienen representados algunos bocetos de lo que supondrían estos edificios destinados principalmente a uso residencial y familiar. En todo caso e independientemente de cuales fueron las causas económicas que dieron al traste con el negocio.
Lo que si es un hecho que cuando corriendo buena parte de 1973, se anunció oficialmente que la compañía cerraba definitivamente sus puertas finalizando de esta forma con el sueño de poder habitar poco más o menos que en una nave espacial. El conjunto de los ciudanos que tras vivir instalados "comodamente" en una sociedad donde casi todo eran buenas expectativas y prosperidad durante las últimas decadas.
Se enfrentaba a la cruda realidad de asumir las primeras incertidumbres de un patrón socio-economico que empezaba a dar las primeras muestras de pereza y agotamiento. Contexto por lo tanto de transición que provocó que una mayoría de cápsulas se les perdiera la pista con el suceder de los siguientes años desapareciendo buena parte de ellas. Pérdida que en muchas ocasiones se produjo en el más absoluto anonimato.
Mientras que en otros casos terminaron sus chasis siendo reciclados albergando las actividades más inusuales que os podáis imaginar, como la que se acabó instalando en un aparcamiento de una ciudad japonesa sirviendo de aula destinada a dar clases de arquitectura. O la que se acabó transformando en un local hostelero dedicado a vender comida rápida como hot-dogs o hamburgusas.
En España tuvimos el priveligio de tener por un período de dos décadas aproximadamente uno de estos hubs que estaba instalado en la ciudad española de Mallorca, donde cumplió la funcion de salas de reuniones dentro del perímetro de un hotel. Del que finalmente fue trasladada, pudiendose visitar en la actualidad en uno de los suburbios en las afueras de Paris. Si deseas conocer dónde se pueden visitar más de estas viviendas futuristas, podéis pulsar el siguiente LINK, donde encontrareis un mapa interactivo en el que se refleja la trayectoria y emplazamiento de todas y cada una de que las han sobrevivido hasta nuestros dias.